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García Ortiz se queda desnudo ante la UCO: «Todo lo que se ha filtrado antes estaba en manos de la Fiscalía General»

FOTODELDÍA - MADRID, 12/11/2025.- El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, llega al Tribunal Supremo (TS), que este miércoles celebra la quinta jornada del juicio que se sigue contra él. EFE/Sergio Pérez

Publicado: noviembre 13, 2025, 5:07 am

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, quiso terminar ayer su declaración en el Tribunal Supremo con una frase que uno de los asistentes al juicio le dijo antes de comparecer como acusado por primera vez en su vida: «La verdad no se filtra, la verdad se defiende».

El máximo representante del Ministerio Público trató ayer de defender su inocencia (como acusado no tiene obligación de decir la verdad) aunque optó por hacerlo a través de un interrogatorio en formato entrevista, ya que García Ortiz sólo respondió a las preguntas de la Abogacía del Estado, es decir, de su letrado, y a las dos cuestiones que le planteó su número dos, la teniente fiscal Ángeles Sánchez-Conde.

Incluso cuando a su defensa se le olvidó preguntarle por un extremo que el fiscal general quería trasladar -la falta de correlación entre la filtración del correo con la nota de prensa, según su opinión-, no dudó en recriminárselo a su letrado.

El fiscal general optó así por no someterse al principio de contradicción, evitando responder a cualquiera de las preguntas nucleares que podían formular la defensa del novio de Isabel Díaz Ayuso y las acusaciones populares. El máximo responsable de la Fiscalía se enfrenta a seis años de prisión por un delito de revelación de secretos cometido presuntamente tras la filtración del correo de la confesión del empresario Alberto González Amador -«ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública»- y la posterior nota con los detalles de las conversaciones con el fiscal de Madrid. García Ortiz dictó y ordenó difundir a los medios de comunicación aquel comunicado el 14 de marzo de 2024.

El fiscal general se despojó de la toga, bajó de estrados y se sentó en el lugar reservado para los acusados pasadas las cuatro de la tarde. Para cuando llegó al momento de la verdad, ante la atenta mirada de la Sala que preside el magistrado Andrés Martínez Arrieta, la Guardia Civil ya había estado más de cuatro horas describiendo al detalle la «evidencia» de que García Ortiz tuvo el «dominio» de la filtración sobre la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid en todo momento.

Lo había señalado el teniente coronel de la UCO de la Guardia Civil, Antonio Balas, de forma demoledora: «Durante todo el proceso, lo que se ve es un dominio a todos los niveles del fiscal general».

«Hubo un elenco de personas que se fueron decantando hasta una concreta», indicó el perito y testigo. Esa persona concreta, en palabras del alto mando de la Guardia Civil, era «el fiscal general». Balas, además, desmontó de un plumazo, en pocos minutos, toda la estrategia de defensa del acusado: la filtración fue a la Cadena Ser -el resto de medios es «evidente» que aquella noche no tenían el correo- y, además, «todo lo que se ha filtrado textualmente antes estaba en manos de la Fiscalía General del Estado».

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.EFE

Frente a la contundencia de la UCO, que relató también cómo el fiscal general borró los mensajes de su móvil el día que el TS lo encausó, decidió cambiar de terminal en plena instrucción y también eliminó su cuenta de correo personal de Gmail donde fueron recibidos los mails de González Amador, las respuestas de García Ortiz volvieron a contar con una gran carga política. Frente al «bulo» que difundió el jefe de Ayuso y los comentarios que se empezar a escuchar en las tertulias periodísticas, la Fiscalía tenía que dar una respuesta «institucional», dijo el fiscal general.

El interrogatorio comenzó con las preguntas de Sánchez Conde y García Ortiz negando «haber hecho llegar a terceras personas ajenas a la Fiscalía» el correo de la confesión de González Amador.

A preguntas de la Abogacía del Estado, añadió que no tiene ninguna relación «personal» con ninguno de los periodistas que han testificado en relación con la filtración. Más en concreto, negó haber hablado la noche de la filtración con el periodista de la Cadena Ser Miguel Ángel Campos. En los informes consta una llamada del periodista del 13 de marzo de 21.28 horas de cuatro segundos; en ese momento el hoy acusado hablaba con la fiscal jefe de Madrid y no respondió. «No mantuve ninguna conversación con el señor Campos. He sabido de la llamada entrante al ver el atestado de la UCO. Yo no cojo llamadas desde que soy fiscal general del Estado porque me volvería loco», afirmó.

El fiscal general explicó que el día 13 de marzo del año pasado su directora de Comunicación, Mar Hedo, le mandó la noticia de EL MUNDO de las 21.29 horas que informaba de la oferta de pacto del fiscal a la pareja de Ayuso. Como se trataba de una información «muy bien trabajada» y con entrecomillados y datos de un correo de un fiscal, decide pedir toda la información.

El acusado abundó en que el mensaje que ese día intentaba trasladar el jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, tenía tres fases: oferta de la Fiscalía, retirada de la oferta y que la retirada era por órdenes de arriba. «Si aceptamos la primera, aceptamos que pueda ser lo demás. Por eso es importante la noticia de EL MUNDO, por eso no es menor. […] Hablo con la fiscal provincial de Madrid [Pilar Rodríguez] y la fiscal superior [Almudena Lastra] y convenimos hacer una nota de prensa, que es una respuesta institucional».

«La noche es dinámica», afirmó García Ortiz para indicar que en las redes sociales el asesor de Ayuso estaba difundiendo que se había bloqueado el posible acuerdo con la pareja. La nota de prensa que iba a preparar pretendía responder a «esa insidia, esa calumnia sobre los fiscales que están trabajando, sobre la Fiscalía española».

La nota -que se negó asumir la fiscal superior de Madrid y llevó al Colegio de la Abogacía de Madrid a querellarse-, según García Ortiz «sólo» exponía hechos que afectaban al Ministerio Fiscal. Su máxima era «no dar nada que pudiera perjudicar a un tercero, en este caso una persona investigada por la Fiscalía».

El acusado manifestó que «su obsesión» en el momento en el que se produjo la filtración de la pareja de Ayuso era «proteger a los fiscales» y respetar el «honor» de la Fiscalía.

Asimismo, el fiscal general aprovechó ayer la ocasión para cargar contra la fiscal superior Lastra -principal testigo de cargo- a la que acusó de tener «desafección» con la actual cúpula de la Fiscalía General. Sobre esta fiscal, García Ortiz también señaló que tuvo, entre el 13 y 14 de marzo de 2024, una actitud «obstruccionista» por negarse a difundir con el membrete de la Fiscalía de la Comunidad de Madrid la nota con los datos reservados del novio de Ayuso.

El acusado agregó que «en absoluto» intentó «perjudicar el derecho de defensa ni la honorabilidad de González Amador».

Durante el interrogatorio, el fiscal también trató de justificar el borrado de sus mensajes, el cambio de móvil y la eliminación de su cuenta personal de Gmail. «Soy muy consciente del tema de protección de datos», señaló el acusado.

La declaración de García Ortiz puso ayer final de la fase de prueba de la vista oral. Hoy será el momento de la lectura de los informes finales. Las acusaciones incluyeron ayer la filtración al diario El País de la nota de prensa como un elemento más contra el fiscal general.

En cuanto a las penas, la representación de González Amador mantuvo los cuatro años de prisión por revelación de secretos. La Asociación Profesional e Independiente de Fiscales también ratificó la más alta de las que se reclaman: seis años por el mismo delito mientras Manos Limpias bajó su petición principal de pena de cuatro a tres años de prisión. Por su parte, el Foro Libertad y Alternativa confirmó la solicitud de cuatro años de cárcel para el fiscal general. El juicio histórico quedará hoy visto para sentencia.

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