A estas alturas ya nadie duda de que el ejercicio físico es uno de los ingredientes fundamentales en la receta para vivir más y mejor , junto a una dieta equilibrada y una vida social plena . La pregunta a la que siguen queriendo responder muchos estudios es cuánto tiempo de actividad física es suficiente para obtener beneficios en nuestra salud. Y la buena noticia es que no hace falta invertir muchísimas horas. Los pequeños gestos también suman. Solo reemplazar una hora de tiempo sentado a la semana por una hora de actividad física consigue disminuir la mortalidad por todas las causas, de acuerdo con un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Los resultados, publicados en la revista ‘BMC Public Health’, no se basan en escenarios teóricos sino en datos reales. Para llevar a cabo el estudio, se analizaron los datos de 30.955 personas de entre 15 y 69 años que participaron en dos Encuestas Nacionales de Salud, realizadas en 2011 y 2017. Se registró información sobre el tiempo que permanecían sentadas y la actividad física que realizaban, según si era de intensidad baja, moderada o alta. Estos datos se vincularon con el registro de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística para conocer el estado vital de los participantes. Finalmente, mediante un análisis de sustitución isotemporal utilizando modelos de regresión de Poisson, se estimó el riesgo relativo de fallecer al sustituir el sedentarismo (tiempo sentado) por el ejercicio físico. Tras un seguimiento medio a los participantes en el estudio de casi 6 años, se registraron 957 fallecimientos. Los resultados muestran que la sustitución de una hora a la semana de tiempo sentado por una hora semanal de actividad física moderada o alta, se asoció a un menor riesgo de mortalidad por todas las causas (un 3,3% menos de riesgo). Analizando por causas de muerte, esta reducción fue del 6,7% en las enfermedades cardiovasculares y del 3,1% en cáncer . Si el tiempo sentado se sustituía por una hora de ejercicio de intensidad baja, el riesgo de mortalidad por todas las causas también se reducía, aunque en menor medida, disminuyendo un 1,6% el riesgo de fallecer por todas las causas, y de un 2,1% por cáncer. El autor principal de la investigación, Iñaki Galán, del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del ISCIII, recuerda que estos resultados refuerzan el mensaje de salud pública de que pequeños cambios en los comportamientos sedentarios por la realización de actividad física pueden tener importantes beneficios para la salud. Además, en su opinión, suponen una mayor motivación para las personas que, por diversas circunstancias, no pueden realizar actividad física de intensidad moderada o alta para mejorar su salud, pero que sí pueden practicar actividades de menor intensidad que, como se observa en el estudio, también reducen el riesgo de fallecimiento.