En el Gobierno se empezó a dar ayer por hecho que el acuerdo para el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria estaba hecho y que podría anunciarse este mismo miércoles por la tarde tras la doble comparecencia -en el Congreso y en el Senado– de la vicepresidenta tercera para dar explicaciones sobre la gestión de la DANA. «Estamos trabajando y avanzando», aseguraban en La Moncloa después de que la semana pasada hubiera cundido cierto pesimismo ante el «caos» que recriminaron al PP haber desatado en Europa con el bloqueo a su elección.
Sin embargo, entre medias en Bruselas el acuerdo entre el PPE y el S&D, que es el grupo en el que está integrado el PSOE, se complicaba sensiblemente. En la tarde del lunes la situación parecía encauzada, y durante la jornada de ayer en los pasillos del Parlamento la sensación era que ambas partes cederían y que, tras las comparecencias de Ribera habría un acuerdo para la formación de la Comisión. La aparente predisposición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a aceptar la vicepresidencia del candidato de Giorgia Meloni alimentaba esa misma percepción. Pero a última hora de la tarde todo se torció.
La reunión del Grupo Popular, que debía ser rápida, se dilató dos horas y media. El presidente del PPE, Manfred Weber, confirmó que seguía «sin haber acuerdo» y que se disponía a reunirse de nuevo con la líder socialista, Iratxe García, y la máxima responsable de los liberales de Renew, Valérie Hayer. La vicepresidenta del PPE y líder de la delegación española, Dolors Montserrat, refrendó que todo estaba «bloqueado». Y fuentes de la formación confirmaron que, efectivamente, hay una parte importante de la misma que seguía sin estar de acuerdo en apoyar a Ribera. Que prácticamente se había vuelto a la casilla de salida. «Una ducha de agua fría», resumieron.
No se aceptó el plan que Weber e Iratxe García habían trazado y desde la formación popular consideraron que algo similar habría ocurrido entre las filas socialistas. Que tampoco la líder del PSOE consiguió convencer totalmente a sus eurodiputados de que era necesario asumir que el candidato italiano, Raffaele Fitto, debía ser vicepresidente.
Ahora, por lo tanto, todas las partes deberán seguir negociando. En principio, el PPE volverá a tener otra reunión a primera hora de hoy y muchos querían esperar a ver cómo discurren las mencionadas comparecencias de Ribera, en donde existe el peligro cierto de que todo se complique todavía más. Porque la diputada popular Ester Muñoz preguntará a la todavía vicepresidenta de Sánchez «si dimitiría como vicepresidenta de la Comisión si fuera imputada por su deficiente respuesta a la DANA y su nula prevención de las riadas que afectaron a Castilla-La Mancha y a la Comunitat Valenciana». El debate promete ser muy bronco.
El PP está preparado en España para debilitar a la vicepresidenta tercera por su papel en la gestión de la tragedia de Valencia. «Hay dos debates. Uno en torno a la gestión técnica de la catástrofe y la prevención, las alertas y lo que sucedió antes de la DANA y, por tanto, antes de las riadas. Y otro después de que esto estuviera en marcha. Ribera no estaba en nuestro país y no puede decir que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, tenía información y no actuó a tiempo sin reconocer que Ribera tenía información y no regresó a España», señalan a este periódico fuentes de Génova.
Y agregan: «Cuando se estaba votando lo del Consejo de Administración de RTVE ella seguía en París. ¿Dónde estaban los ministros cuando Mazón llegó al Cecopi? ¿Dónde estaban reunidos Marlaska, Robles, Ribera y Montero? Se reunieron horas después de que Mazón estuviera allí».
«Vamos a evidenciar que en un Gobierno ha habido ceses y en el otro, ni la más mínima disculpa. No ha habido una sola frase diciendo que se podría haber hecho mejor. Ninguna que evidencie algún margen de mejora del Gobierno», agregan en el PP. Por ello, van a insistir en que Ribera «no es la persona indicada para la Comisión Europea» y, aunque no han exigido su dimisión en el contexto de «primar la reconstrucción» -como el PSOE sí ha hecho con Mazón-, al menos piden que «no la premien».