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El periodista atacado por la manada de 'abertzales': «Si me hubieran atrapado en el suelo mis heridas serían muy graves»

Publicado: noviembre 1, 2025, 7:07 am

Actualizado Viernes,
31
octubre
2025

19:15

Durante treinta largos minutos el periodista de El EspañolJosé Ismael Martínez pensó que había perdido la visión de su ojo derecho. Aturdido por los golpes, se dio cuenta que los policías nacionales que le socorrieron temían que hubiera sufrido una herida grave por un botellazo. En esa media hora de dudas, el redactor recordó las miradas de la media docena de encapuchados que le acosaron, empujaron y golpearon con la intención de hacerle daño. Mucho daño. Una manada abertzale salvaje. «Si me hubieran atrapado en el suelo mis heridas serían muy graves», reconoce apenas unas horas después de sufrir la brutal agresión.

«Recuerdo caras de altivez, de quienes se sienten protegidos en una manada, con la capacidad de hacer lo que quieran porque todo vale», señala Martínez sobre los seis jóvenes que, jaleados por otros cientos de radicales, fueron a por él durante los altercados en el campus de la Universidad de Navarra. La escena sobrecoge. Martínez había acudido a la Facultad de Comunicación para informar sobre el acto anunciado por Vito Quiles y la posible contramanifestación de grupos de radicales abertzales que se habían citado a las 17.30 horas. «Al suspenderse el acto de Vito Quilos los periodistas pensábamos que solo aparecerían unos cuantos contramanifestantes», reconoce Martínez.

Sin embargo, la llegada de cientos de radicales uniformados con ropa deportiva negra, sudaderas con capucha y cubrebocas sorprendió a los profesionales de la comunicación. Solo la Policía Nacional -con 150 agentes desplegados en tres grupos- valoró con exactitud la gravedad de las convocatorias realizadas por Ernai (juventudes de Sortu), Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) y Jardun; todos ellos aglutinados ahora en movilizaciones «antifascistas».

Martínez, con experiencia profesional en altercados urbanos como en Torre Pacheco (Murcia) se sorprendió cuando «varios cientos» de radicales desfilaron por las laderas del campus universitario lanzando petardos y bengalas mientras coreaban sus consignas en euskera. Su objetivo era acceder hasta los accesos a la Facultad de Comunicación en la que solo se había congregado una veintena de seguidores de Quiles. El grupo de abertzales ascendió por la pendiente para dirigirse hacia ellos pero la Policía Nacional en formación les disuadió.

«Después llegó un segundo grupo desde otra zona del campus pero parecía que la situación se tranquilizaba. Cuando estos encapuchados se acercaron saqué el móvil para captar fotos y hacer un video», explica Martínez. El periodista de El Español se había colocado su acreditación profesional colgada de una cinta roja y permanecía a unos metros de distancia de los radicales que se movían en una dirección cuando, de repente, comenzaron los insultos hacia él.

«Estás grabando, hijo de puta», escuché. Inmediatamente una cola del grupo se giró y decenas de ellos comenzaron a tirarme botellas, piedras y algún mechero. Pies para qué os quiero, pensé», relata el redactor de El Español. Pese a que Martínez se giró e intentó alejarse, media docena de encapuchados le golpeó primero para provocar su caída. «Estaba notando golpes por todas partes, solo pensaba ‘levántate y corre’ porque si me hubieran atrapado en el suelo mis heridas hubieran sido infinitamente más graves», reconoce. El periodista no repelió la agresión e intentó huir pero fue perseguido por otros dos individuos que le lanzaron una patada y un puñetazo. Ya conmocionado y con su ojo derecho ensangrentado, Martínez dejó de recibir golpes cuando la Policía Nacional acudió en su ayuda cargando contra los radicales.

«Pensaba que en ningún caso me iban a pegar; nunca había pensaba que fueran a ir a por mí», reconoce pasadas los momentos de más angustia. Porque la brutal agresión pudo haberle provocado graves daños en su ojo derecho. «Me operé por dos veces de miopía para no llevar gafas y fue consciente de un golpe tan fuerte en mi ojo podía provocar que perdiera la vista para siempre», asume ya en plena recuperación. El periodista agredido constató la gravedad de las lesiones por la urgencia con la que los policías que le atendieron reclamaban una ambulancia. Sin perder tiempo, fue trasladado en un coche policial camuflado a un centro hospitalario para ser atendido.

Los radicales 'abertzales' se despliegan con sus rostros cubiertos en las laderas de la Universidad de Navarra antes de atacar a periodistas y policías.

Los radicales ‘abertzales’ se despliegan con sus rostros cubiertos en las laderas de la Universidad de Navarra antes de atacar a periodistas y policías.Jesús DigesEFE

Ismael Martínez no fue la única víctima de la manada abertzale. Después de enfrentarse a la Policía, grupos de radicales se trasladaron al barrio de Iturrama. Allí atacaron a un joven universitario provocándole heridas de gravedad con golpes en el rostro que le rompieron varios dientes. Cuatro agentes de la Policía Nacional también debieron ser atendidos de heridas sufridas durante los altercados.

Con su parte médico y la durísima experencia profesional sufrida, Martínez reconoce que «nunca se había sentido tan respaldado» con el apoyo de toda la redacción de El Español empezando su por director Pedro J. Ramírez. «Yo no quiero quedar como un mártir ni ser protagonista», ruega mientras atiende a EL MUNDO. José Ismael Martínez defiende la importancia del trabajo de los periodistas sobre el terreno. «Quiero constatar lo vendidos que estamos los periodistas en muchas situaciones, nos exponemos a situaciones límites en las que nos jugamos el tipo y es importante que la gente lo sepa», subraya. Pero, a renglón seguido, reclama una reflexión colectiva sobre la utilización de la violencia. «Yo quiero que mi caso sirva para que la gente reflexione. Este país sabe muy bien lo que es la violencia», advierte después de sufrirla en primera persona.

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