Publicado: noviembre 22, 2024, 9:07 pm
«La confianza entre los gobiernos está plenamente reestablecida». Con este mensaje ha llegado a La Moncloa el presidente de Cataluña, Salvador Illa, para reunirse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Las consecuencias de esa vuelta a la «normalidad» institucional ya son palpables: la reactivación de las cuatro comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalitat, el impulso de un «plan de choque» contra la delincuencia multirreincidente y la inversión de más de 160 millones en proyectos tecnológicos, principalmente los chips.
Son los acuerdos que ha anunciado Illa después de participar en la ronda de encuentros que los presidentes autonómicos están manteniendo con Sánchez, a excepción de la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Este viernes también ha participado el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y cerrarán durante la tarde los mandatarios de Ceuta, Juan Jesús Vivas, y Melilla, Juan José Imbroda.
Illa ha querido enfatizar la relevancia de recuperar la «normalidad» institucional y ha proclamado que Cataluña «ha vuelto para implicarse a fondo en una mejora de España y del Estado de las autonomías». Así, ha indicado que también quiere hablar de España «desde Cataluña», pues «nadie representa mejor España que los demás».
Esto quiere que se plasme en la apertura de una «nueva etapa» basada en la «lealtad institucional, la confianza y la colaboración». En ese marco, ha confirmado su presencia el próximo 13 de diciembre en la Conferencia de Presidentes.
En una comparecencia de prensa, Illa ha anunciado que ha acordado con Sánchez «reactivar» las cuatro comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalitat. El calendario para verse se ha fijado en el primer trimestre de 2025, posiblemente en febrero. En la agenda, muchos temas, desde la «financiación singular» para Cataluña al despliegue del Estatut, la vivienda o la mejora de servicios públicos y Rodalies.
En cuanto a la financiación «singular», Illa no ha anunciado avances pero sí ha insistido en que está trabajando con el «calendario previsto» para implementar el acuerdo con ERC. Pese a las fuertes críticas externas, del PP y otros presidentes autonómicos, así como internas, por parte de algunos barones socialistas, Illa ha sostenido que esa financiación singular «no va contra nadie, respeta los principios de solidaridad y va a ser beneficiosa» también «para el conjunto de España». Así, ha rechazado entrar en «polémicas estériles» o «contribuir al ruido».
Illa ha destacado un segundo acuerdo con Sánchez. «Actuar desde todos los ámbitos» contra la multirreincidencia en la delincuencia. Ha hablado de un plan de choque que se presentará en diciembre para facilitar más agentes, más juicios rápidos y más premura para reducir los procesos pendientes. En unas semanas se presentarán las primeras medidas.
Por último, hay un tercer acuerdo que tiene que ver con el apoyo a tres proyectos para la producción de chips y en los que el Gobierno invertirá unos 160 millones. Illa ha defendido esos proyectos como «estratégicos».
Sobre la explosiva declaración de Aldama, Illa ha destacado que ha visto «muy bien» y «muy centrado» al presidente del Gobierno en el día después y ha recalcado que hay un Ejecutivo «para rato a pesar del ruido».
Mañueco pide la marcha de Sánchez
Después de Illa ha llegado el turno del presidente de Castilla y León, que poco después de verse con el presidente, pedía su dimisión en sala de prensa precisamente por las acusaciones de Aldama. Mañueco ha remarcado que éstas son «gravísimas», igual que la situación que atraviesa el Gobierno. «Si llegó con una moción de censura para luchar contra la corrupción, tras lo visto ayer, su Gobierno tiene que irse», ha dicho.
El barón del PP ha leído en alto las palabras que Sánchez le dirigió a Rajoy durante la moción de censura que le aupó al poder para dirigírselas ahora a él. «Lo que haría cualquier persona con un mínimo de decencia sería marcharse y dejar en paz a los españoles».
En el plano puramente autonómico, que es lo que ha centrado la reunión, Mañueco ha acudido con proyectos «factibles y justos» para Castilla y León pero ha lamentado que no ha conseguido arrancarle «compromisos concretos» para llevarlos a cabo. No obstante, ha dicho que se han emplazado para más adelante, ya para 2025, para avanzar en ellos con los ministros correspondientes.
«Voy a ser súper exigente en el cumplimiento de los proyectos que tengo», ha incidido, pues son «imprescindibles, necesarios y vitales». Estos tienen que ver con infraestructuras de transporte y energía, digitalización, agua, servicios públicos o automoción.
