El día que ningún aficionado del tenis y del deporte quería, ya está aquí: Rafa Nadal dice adiós al tenis profesional. El legendario jugador de Manacor no pudo despedirse como él quería, a lo grande, pues su físico ya no le acompaña, pero a buen seguro que el cariño infinito que recibió ayer del público de Málaga le compensa en parte. No pudo ganar el balear su primer partido, y lo acusó la Armada, que acabó eliminada de la Copa Davis en los cuartos de final ante Países Bajos: Carlos Alcaraz cumplió en su partido de individuales, pero no fue suficiente, pues el murciano cayó en un agónico partido de dobles (que acabó en un doble 7-6) junto a Marcel Granollers frente a la pareja neerlandesa. Después, llegó un sentido y merecido homenaje para un jugador eterno que se ha ganado el cariño de todos.
«Quiero dar las gracias. Hay tanta gente que es difícil empezar de alguna manera. Empezaré por los que están hoy aquí: gracias a todos vosotros, el público. Han sido 20 años de carrera profesional en los que me habéis llevado en volandas siempre, en los momentos buenos me ayudabais a ganar el siguiente punto, y en los malos me empujabais a seguir peleando. He podido vivir con todos vosotros, quiero generalizar: me he sentido súper afortunado por haber recibido tanto cariño en todo el mundo y especialmente en España», comenzó su discurso el tenista balear.
La felicitación al rival no faltó: «Quiero continuar felicitando al equipo de Holanda. Felicidades a todos vosotros. Habéis jugado genial. Y a todo el equipo español, me habéis permitido haber podido vivir la ilusión que tenía de jugar otra vez la Davis. No ha salido como todos queríamos, he dado todo lo que tenía, y quiero daros las gracias de corazón por permitirme pasar estos últimos días como profesional en equipo. Muchos de los momentos más emocionantes de mi carrera los he vivido con muchos de los que estáis aquí, ha sido un enorme privilegio y honor. Lo hemos disfrutado, lo hemos conseguido. Ahora os toca a vosotros seguir. Gracias a todos, de verdad».
«La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. No estoy cansado de jugar al tenis, simplemente el cuerpo ha llegado un momento que no quiere jugar más, con lo cual hay que aceptar la situación. Me siento un superprivilegiado. He podido hacer de uno de mis hobbies mi carrera, además muchísimo más larga de lo que habría imaginado. Solo quiero dar gracias a la vida y a toda esta gente que tengo aquí detrás. Familia, especialmente mi equipo, amigos. No es un día para personalizar, porque es difícil y me voy a olvidar de gente, pero habéis sido una parte inolvidable de mi día a día durante todos estos años», admitió Rafa Nadal.
«Soy una persona que cree en la continuidad, en mantener a las personas que realmente te quieren y hacen que tu vida sea mejor cerca de ti. Es lo que he intentado durante toda mi vida. Hacer pocos cambios en mi equipo y eso me ha llevado a tener una relación con todos vosotros que va más allá de la carrera profesional. Por todo ello, mil gracias, sin vosotros nada de todo esto hubiera sido posible«.
Derrota ante Van de Zandschulp
Hubo emoción y nostalgia a partes iguales desde el principio en Málaga. Nadal saltó a pista por última vez para dar el pistoletazo de salida al periplo de España en la fase final de esta Copa Davis, pero no pudo ser. El balear cayó ante Botic Van de Zandschulp (6-4 y 6-4) en el último partido de su carrera profesional.
Todo el mundo esperaba con ansia la llegada de la gran leyenda del tenis español —y mundial— en el arranque de su último torneo como jugador profesional. También el propio Rafa, que se mostró tranquilo antes de salir al ruedo —sonriente y jugando con su raqueta— pero no pudo contener la emoción al ver cómo el público volvía a rendirse ante él y al escuchar el himno de España.
Con los ojos cristalinos, cargados de lágrimas que amenazaban con salir por un momento de mucho sentimiento, el ganador de 22 Grand Slam se puso manos a la obra. Arrancó bien, manteniendo el pulso a un tenista fuerte desde su saque que muy pronto dejó claro que tenía el día con su derecha, demoledora para el manacorí.
La igualdad se mantuvo hasta el noveno juego pese a que Nadal tuvo varias oportunidades de romper al neerlandés y decantar la balanza a su favor. Pero no las aprovechó y fue Van de Zandschulp el que terminó quebrando su saque, ante un Rafa que a ratos dejaba escapar restos de impotencia y frustración sobre la pista.
No pudo el exnúmero 1 del mundo reponerse en ese primer set, ya pintado con los colores de Países Bajos. Todo quedaba para la segunda manga, con la grada reclamando una remontada mágica de esas a las que nos ha acostumbrado Rafa durante sus más de dos décadas en el circuito ATP.
Pero el partido empezó poniéndosele cuesta arriba: el neerlandés rompió su servicio en el primer juego del segundo set. Y volvió a romperle de nuevo poco después. Sembró la esperanza Nadal devolviendo uno de los quiebres a su rival, que incluso dudó en el último juego, pero esta vez no estuvo acertado el balear para aprovechar los errores de su rival.
Se llevó la victoria Botic Van de Zandschulp, y una atronadora ovación de su público Rafa Nadal. La afición coreó su nombre mientras recogía sus cosas y encaraba el túnel de vestuarios tras el que puede haber sido su último partido como profesional tras una carrera de leyenda.