Publicado: noviembre 13, 2025, 12:07 am
Pedro Sánchez atacó ayer con dureza a las comunidades autónomas que preside el PP, pero esta estrategia no parece incomodarles a los barones. Al contrario: «Estamos encantados. Cuanto más contra Sánchez, mejor», resumen los populares. En las baronías concernidas -Extremadura, Andalucía, Castilla y León, Madrid o Aragón- coinciden en que situar el horizonte preelectoral en una suerte de «plebiscito» sobre el presidente del Gobierno es muy positivo para ellos, porque les permite recoger el «descontento» que detectan contra él.
En el pleno del Congreso de ayer -que en el fondo fue un mini debate de la nación y el pistoletazo de salida de la carrera hacia las urnas-, el jefe del Ejecutivo acusó a las autonomías del PP de usar el dinero público para negocios inmorales, atacando directamente a los gobiernos de Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno y María Guardiola.
Pero eso el PP lo recibe como una oportunidad de oro, según los dirigentes consultados por este diario. «Que Sánchez aparezca en el centro de la precampaña no nos viene mal, porque la gente está muy, muy cabreada con él. Sánchez está achicharrado. Ojalá se le vea mucho en la campaña», juzga uno de los barones que se asoman a las urnas.
En el PP de Andalucía saben muy bien que el choque de cuernas con Sánchez activa a una parte del electorado conservador y también acelera la transferencia de votantes socialdemócratas moderados desde el PSOE al PP. Por eso Juanma Moreno prioriza sus críticas nacionales a María Jesús Montero, candidata del PSOE-A y, a la sazón, la vicepresidenta y ministra de Hacienda que impulsa la financiación singular de Cataluña, que cuenta con un rechazo de más del 70% de los andaluces.
Existe también un riesgo para el PP: que lo que busque el líder del PSOE sea avivar el voto a Vox y dividir a la derecha. ¿Cómo? Convirtiéndose él en el líder de la oposición a los gobiernos regionales. Sabe que un choque de trenes ideológicos acentúa el enfado y puede beneficiar a Vox en el ámbito nacional. ¿Y también en las comunidades?
«Estamos convencidos de que si vamos al debate de modelos sociales, sanitarios y educativos, ganamos nosotros», explican fuentes de La Moncloa, donde también reconocen que, efectivamente, existe «el riesgo» de que el ciclo autonómico se plantee como un plebiscito sobre Sánchez, al igual que en 2023, donde el PSOE perdió casi todo su poder autonómico.
Ayer Sánchez cambió el paso y pasó al ataque más frontal. Sobre la presidenta de Extremadura se preguntó si va a devolver el dinero no utilizado para prevenir incendios y ejecutar todo lo relativo a residencias de mayores y escuelas infantiles. A Ayuso le pidió que deje de privatizar la sanidad pública y de ponerla en manos de empresas que «parece que tienen bastantes relaciones con su actual pareja», en referencia a Quirón, a la que citó explícitamente. Y a Moreno le reclamó que comparta con el Gobierno los datos sobre la situación de los cribados en Andalucía. Feijóo le contestó que el PP le va a ganar al PSOE en Extremadura, en Castilla y León y en Andalucía.
«Es mucho mejor competir con un candidato que represente a Sánchez que con alguien de acento propio y socialdemócrata de verdad como era Javier Lambán», aseguran en el PP aragonés, donde no se descarta un adelanto electoral si Vox no apoya los Presupuestos de 2026 y se acumulan, por tanto dos prórrogas consecutivas de las cuentas. Y en Madrid sacan pecho de «la mejor sanidad pública de España, y a la vanguardia mundial».
En el PP de Extremadura creen que el voto moderado de centroizquierda fluirá mejor si Sánchez es el protagonista de las elecciones del 21 de diciembre. Y fuentes de la Junta de Castilla y León, comunidad que tendrá elecciones en marzo, dan así su visión: «Si Sánchez se mete con Castilla y León con mentiras, pues fenomenal, que siga por ahí. A la hora de medir la gestión y los resultados, ellos no han cumplido aquí lo que prometieron». «Y cuantos más debates entre Feijóo y Sánchez haya, mejor para nosotros», añaden, satisfechos con el desempeño de su líder en el debate de ayer.
