El ADN resuelve un misterio de más de tres décadas: pone nombre a una víctima desconocida del crimen de Reyes de 1991 en Asturias - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


El ADN resuelve un misterio de más de tres décadas: pone nombre a una víctima desconocida del crimen de Reyes de 1991 en Asturias

Publicado: noviembre 12, 2025, 5:07 am

Actualizado Miércoles,
12
noviembre
2025

00:04

Ocurrió el 6 de enero de 1991. J.M.V.M. recogió a una desconocida en Oviedo haciendo auto-stop, la acuchilló y la enterró en cal viva. Años más tarde, lo confesó todo y fue condenado por homicidio, pero la identidad de su víctima nunca llegó a saberse. Ahora, los avances en las técnicas forenses han permitido poner rostro a esa mujer anónima y, de paso, esclarecer dos casos en uno. La misteriosa autostopista era una joven de Avilés de 24 años que figuraba en los archivos policiales como desaparecida. Faltaba desde 1990, si bien su madre no denunció hasta 1995. Los casos los llevaron cuerpos policiales diferentes, la Guardia Civil la desaparición y la Policía Nacional el crimen, y nada les hizo pensar hasta este año que estuviesen vinculados.

La familia de esta joven puede ya pasar página. Cuando desapareció, tenía 24 años y una hija de cinco que había dejado a cargo de su madre. Esa niña, ahora ya en la cuarentena, ha sido clave para resolver ambos casos. La Guardia Civil le tomó en junio una muestra de ADN que ha permitido la identificación. Era la familiar viva más cercana tras el fallecimiento de su abuela, madre de la víctima.

Por expreso deseo de la hija, la Guardia Civil rechaza facilitar la identidad de la víctima. «Se les contactó y no quieren salir», confirman fuentes oficiales. Sí corroboran que está identificada con nombre y apellidos a través de un análisis del Instituto de Toxicología y Ciencias Forense de Madrid, que determinó que los restos óseos hallados en 1995 de la víctima del crimen de Reyes de 1991 se correspondían con el ADN de la vecina de Avilés.

Para resolver ambos casos, han sido fundamentales el avance de las tecnologías, los nuevos métodos de investigación, la utilización de medios tecnológicos y nuevas bases policiales. Unidos a la coordinación de los cuerpos policiales, ha permitido dar carpetazo a dos expedientes que hace 34 años habrían sido imposibles. «Hay que contextualizar las investigaciones en el momento en el que ocurrieron, tanto la desaparición como el crimen», apuntan a EL MUNDO desde la Comandancia de la Guardia Civil de Asturias, recordando que ni las técnicas forenses eran tan avanzadas ni las comunicaciones tan sencillas.

La mecha que permitió resolverlo fue que el caso de la joven de Avilés permaneció registrado en los archivos policiales de personas desaparecidas y estos casos son revisados regularmente. El caso seguía vivo, pero sin avances, desde que su madre acudió a la Guardia Civil en octubre de 1995 indicando que no sabía nada de su hija desde 1990. En una de esas revisiones, en 2024, la Guardia Civil contactó con la familia para tomar muestras de ADN para aportar algún dato nuevo que permitiera cotejarlo con algún cadáver sin identificar.

Las piezas empezaron a encajar con el hallazgo de una noticia del año 2007 del diario La Nueva España. Se relataba en esa crónica el conocido como crimen de Reyes, investigado por la Policía Nacional de Langreo, y se publicaba un retrato robot de la víctima. El cotejo del retrato policial con una foto aportada por los familiares de la desaparecida «tenían ciertas características que podían confirmar una correlación entre ambas».

La Guardia Civil contactó con los agentes de la Policía Nacional que investigaron aquel crimen, accedieron a la documentación de los archivos policiales de entonces y supieron que había restos de la fallecida depositados en el Departamento de Biología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid. En aquel momento, el deterioro de los restos encontrados no permitió su identificación, pero se preservaron igualmente.La técnica de análisis de ADN realizada en 1995 y la efectuada hoy en día es diferente, de modo que fue necesario un nuevo análisis de ADN. Los nuevos análisis de este Instituto de Toxicología y Ciencias Forense, determinaron que los restos hallados en 1995 se correspondían con la joven de Avilés.

En 1995 la investigación del crimen de Reyes no pudo cerrarse, pero eso no impidió que llegase a juicio. De hecho, por el homicidio se condenó a J.M.V.M., ahora fallecido, pero cuya confesión, permite arrojar luz sobre las últimas horas de vida de la joven. Relató que aquella noche recogió a la víctima cuando hacía autostop en Oviedo y, como ella intentó robarle, inició un forcejeo en el que él la acuchilló. Aún viva, la metió en el maletero y condujo hasta Barros (Langreo) donde vivía, y le contó lo sucedido a su pareja. Cuando abrieron el coche, comprobaron que la mujer se había desangrado. Decidieron enterrar el cuerpo en cal viva y lo ocultaron hasta octubre de 1995.

Todo salió a la luz porque, tras una discusión, su pareja confesó los hechos a la Policía y él acabó detenido. En 1997, la sala segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo le condenó por homicidio. Murió antes de saber a quién había matado.

Related Articles