Publicado: septiembre 17, 2025, 4:23 pm
Una investigación ha revelado «serias preocupaciones medioambientales y de vulneración de derechos humanos» en la pesquerÃa no regulada del calamar en aguas internacionales que lindan con Argentina, procedencia del 13% del calamar/pota argentino que se consume en España. Conocida como la Milla 201, allà hay cientos de buques que operan sin supervisión, dice la Environmental Justice Foundation (EJF), lo que deja puerta abierta a la sobrepesca y a graves abusos de derechos humanos, incluyendo «violencia fÃsica y muertes de tripulantes migrantes».
«Detrás de este plato tÃpico que comemos cualquier domingo pueden estar graves abusos de medioambiente y condiciones de esclavitud humana moderna«, ha denunciado Jesús Urios, responsable oceánico de EJF.
España es el segundo mayor importador de calamar del mundo, y principal puerta de entrada al calamar de la UE, por lo que según EJF tiene un papel fundamental en el sostenimiento de esta pesquerÃa. El informe señala que alrededor de 2.600 toneladas de las que se consumen al año en España puede provenir de esta pesca sin control. La fundación ha pedido al Gobierno «mayor control para que se deje de impulsar prácticas no sostenibles e ilegales socavando al tiempo al calamar de productores nacionales, que sà tienen que cumplir con normas medioambientales y laborales estrictas».
La investigación ha localizado en esta zona concreta del Atlántico Sur alrededor de 400 buques poteros, en su mayorÃa de bandera China, Corea del Sur y Taiwán que operan «sin regulación» ni regional ni internacional. Son tantos que las luces resplandecientes que emplean para atraer a los calamares a la superficie pueden verse desde el espacio, asemejándose a «una ciudad de luces flotantes», denuncian en la EJF.
«Abuso sistemático de tripulantes»
El informe La cara oculta del calamar importado en España, realizado entre 2019 y 2024 y presentado este miércoles en Madrid, denuncia que a diferencia de otras especies, como el atún, el calamar del Atlántico Sur carece de la supervisión de cualquier mecanismo de gobernanza, «lo que lo convierte en una de las mayores pesquerÃas» no reguladas del mundo.
El calamar argentino es una especie de vida corta y altamente sensible que sustenta a otros animales marinos como delfines, ballenas, aves marinas. «Un colapso desencadenarÃa disrupciones en cascada en los ecosistemas», subrayan, señalando también la merluza que buques españoles capturan en la zona.
Entre las prácticas «crueles» con animales detectadas por la investigación de barcos con bandera china, taiwanesa y de Corea del Sur destacan la caza deliberada de focas o morsas por sus dientes y colmillos, siendo arponeadas y golpeadas hasta morir.
En cuanto al «abuso sistemático de tripulantes migrantes, a bordo de estos buques», han obtenido un centenar de testimonios que denuncian violencia fÃsica, asà como «muertes evitables o inexplicadas». En concreto denuncian que los pescadores migrantes, en su mayorÃa de Indonesia y Filipinas, dicen haber sufrido golpes, amenazas, y han sido testigos de la desaparición de un migrante cuyo cadáver fue lanzado al mar.
Implicaciones para España
Los investigadores señalan que en España el calamar es un alimento básico y un producto «de gran significado cultural». Es, de hecho el segundo paÃs mayor importador mundial de calamar (y sepia), solo por detrás de China, representando el 15% de las importaciones mundiales en el periodo 2019-2023, con un valor de 1.500 millones de euros al año.
En ese mismo periodo España fue responsable del 65% de las importaciones de calamar de la UE, un suministro de 179.348 toneladas por año. De todo ello el 85% es calamar importado (152. 602 toneladas) y el 15% producido nacionalmente (26.746 toneladas capturadas por buques de bandera española).
El informe señala que el calamar argentino es «una de las especies de calamar más comercializadas». Representó el 13% de las importaciones totales (20.000 toneladas anuales) procede de la zona de pesquerÃa no regulada (unas 2.600 toneladas). Importaciones que se hacen a China, Argentina, Taiwán y Malvinas.
Los responsables de la investigación han recomendado a España impulsar «las medidas de control de importación existentes» para prevenir un desastre mayor social y medioambiental. A nivel consumidor, el responsable oceánico de EJF propone «mirar el etiquetado de la pota argentina, que suele venderse en la zona congelada, para ver quién lo ha capturado, si es un buque español o argentino o chino».
«Yo personalmente, si ha sido un buque argentino o español priorizaré esta compra porque sé que hay regulación. Si es chino intentaré no comprar. Es la manera», apunta Urios. Igualmente, la ONG reconoce que no resulta fácil ni siquiera en el etiquetado ver la procedencia con fiabilidad, porque también puede tratarse de productos que vienen de un buque chino que cumple las reglas o que se trata de pescas descontroladas en buques regulados.