Publicado: noviembre 14, 2025, 9:44 am
La economía de la Eurozona pisó el acelerador en el tercer trimestre, si bien su crecimiento siguió siendo suave en un contexto marcado por la inestabilidad política, pero en el que el acuerdo sobre aranceles entre la Unión Europea y Estados Unidos trajo algo más de certidumbre a los agentes económicos (empresas, familias, gobiernos…). Eurostat, la oficina de estadísticas comunitaria, ha confirmado este viernes que el PIB del conjunto de países que comparten moneda avanzó un 0,2% entre julio y septiembre, una décima más que el trimestre previo. El empleo, sin embargo, aumentó al mismo ritmo que en el periodo inmediatamente anterior, apenas un 0,1%.
Si la comparación se hace con el mismo periodo de hace un año, el PIB ajustado estacionalmente aumentó un 1,4% en la zona euro (venía de hacerlo al 1,5% en el segundo trimestre), mientras que el empleo aumentó un 0,5% en la zona euro, una décima más que hace justo un año. España siguió creciendo tres veces más que el conjunto del área, pese a que su PIB avanzó algo menos que en el trimestre previo, un 0,6%. Suecia, con una avance del 1,1% trimestral y Polonia y Eslovenia (+0,8) fueron las economías más dinámicas en ese periodo, mientras que Rumanía y Lituania vieron retroceder su actividad un 0,2%.
Desde el banco privado suizo Julius Baer atribuyen la sorpresa positiva al mayor crecimiento en Francia, donde la inestabilidad política parece haber tenido un impacto menos negativo de lo que se temía. Por el contrario, las economías de Alemania e Italia se estancaron en el tercer trimestre a pesar de la relativa estabilidad política. «De cara al futuro, esperamos que el crecimiento económico de la zona euro se acelere gradualmente, impulsado por la reanudación del crecimiento en Alemania, donde este año se ha producido el cambio más significativo en la política fiscal hacia un mayor gasto», señalan.
De momento, la inflación de la zona euro también da un cierto respiro al Banco Central Europeo (BCE), dado que en octubre se situó en el 2,1%, prácticamente en línea con el objetivo de la entidad en el medio plazo. «Seguimos esperando que la inflación caiga gradualmente por debajo del objetivo del BCE en 2026 debido a los efectos de base y a la baja inflación importada», añaden desde Julius Baer.
«Las persistentes presiones sobre los precios sugieren que no habrá cambios en los tipos en septiembre», añade Irene Lauro, economista de la Eurozona en Schroders. La experta recuerda que la inflación subyacente de la Eurozona se mantiene firmemente por encima del objetivo del 2% del BCE, lo que pone de manifiesto la existencia de «presiones persistentes» sobre los precios, mientras que la inflación general aumentó al 2,1% interanual, desde el 2% en julio.
