Publicado: noviembre 13, 2025, 7:23 pm
Un hombre de Oklahoma que iba ser ejecutado este jueves por un asesinato cometido en 2002, se salvó tras una decisión de último minuto del gobernador del estado, aunque continuará en prisión perpetua. Tremane Wood, de 46 años, debía recibir una inyección letal a las 10H00 locales(16H00 GMT) en la Penitenciaría Estatal de Oklahoma en McAlester, Estados Unidos, por el asesinato de Ronnie Wipf, de 19 años, durante un robo. La Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma recomendó el cambio de pena para Wood por una votación de 3-2 el 5 de noviembre, y el gobernador republicano Kevin Stitt la concedió minutos antes de la ejecución. «Tras una revisión exhaustiva de los hechos y una profunda reflexión, he decidido aceptar la recomendación de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de conmutar la sentencia a cadena perpetua sin libertad condicional», declaró Stitt. Jake Wood, hermano de Tremane, había recibido cadena perpetua por su participación en el asesinato de Wipf. Jake, quien se suicidó en prisión en 2019, confesó que fue él quien apuñaló a Wipf hasta la muerte. Bryan Jennings, de 66 años, exmarine, debe ser ejecutado a las 18H00 locales (23H00 GMT) por la violación y el asesinato en 1979 de Rebecca Kunash, de seis años. El viernes en Carolina del Sur, Stephen Bryant, de 44 años, será ejecutado por un pelotón de fusilamiento. Bryant se declaró culpable del asesinato de tres personas en 2004, escribiendo el mensaje «atrápame si puedes» con la sangre de una de sus víctimas. En Estados Unidos se han llevado a cabo 41 ejecuciones este año. Treinta y cuatro se han realizado mediante inyección letal, dos por fusilamiento y cinco por hipoxia nitrogenada, que consiste en bombear gas nitrógeno a través de una máscara facial, provocando la asfixia del reo. El uso del gas nitrógeno como método de pena capital ha sido denunciado por expertos de las Naciones Unidas como cruel e inhumano. La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados de Estados Unidos, mientras que otros tres -California, Oregón y Pensilvania- mantienen moratorias. El presidente Donald Trump es partidario de la pena capital y, en su primer día en el cargo, pidió que se ampliara su uso «para los crímenes más viles».
