Publicado: julio 17, 2025, 4:23 pm
Las principales ciudades del norte de Taiwán, incluida la capital, Taipéi, se paralizaron este jueves durante media hora para recrear la respuesta ante un eventual ataque aéreo de China, con ejercicios de evacuación y control del tráfico, en un contexto de crecientes tensiones entre ambos lados del Estrecho. Este simulacro, conocido como Wanan y organizado anualmente desde 1978, comenzó con el sonido de las sirenas antiaéreas y el envío de alertas a los teléfonos móviles para instar a la ciudadanía a buscar refugio. Esto ocurre después de que 58 aeronaves del Ejército chino sobrevolaran Taiwán y de que el país denunciara un nuevo paso de buques chinos cerca de la disputada isla de Pratas.
«Ejercicio de defensa aérea. Ataque con misiles. Busque refugio inmediatamente», rezaba el mensaje, en inglés y mandarín, enviado por el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) a la población. Durante los treinta minutos que duró la alerta, todas las actividades comerciales y el tráfico fueron suspendidos en Taipéi, Nuevo Taipéi, Taoyuan y otros centros urbanos del norte de la isla. La policía redirigió a los transeúntes hacia refugios antiaéreos o edificios cercanos, dejando las calles prácticamente desiertas.
Las autoridades aplicaron estrictamente el protocolo: taxis y autobuses se vieron obligados a detenerse para permitir la evacuación de los pasajeros, mientras que quienes se encontraban en las estaciones de metro debían seguir las indicaciones para abandonar los vagones con seguridad. Para las personas que ya se encontraban en interiores, las instrucciones consistían en permanecer donde estaban, cerrar puertas y ventanas, desconectar electricidad, gas y agua, y adoptar la «posición de protección»: arrodillarse con el cuerpo agachado, el pecho separado del suelo, las manos cubriendo ojos y oídos y la boca ligeramente abierta.
El ejercicio, que comenzó el miércoles en el centro y oeste de Taiwán y concluirá el viernes en los municipios de la mitad oriental y en las islas periféricas, es de cumplimiento obligatorio, con multas que van de los 30.000 a los 150.000 dólares taiwaneses (entre 1.020 y 5.095 dólares estadounidenses) para quienes no sigan las normas.
El Ministerio del Interior publicó a finales del mes pasado un nuevo conjunto de directrices para proteger a la ciudadanía en caso de ataque aéreo, tomando como ejemplo «experiencias internacionales» como las de Ucrania e Israel, con el objetivo de «reforzar la capacidad de reacción inmediata de la población en situaciones extremas». La nueva normativa establece que los refugios subterráneos deben priorizarse sobre los de superficie y que es preferible resguardarse en espacios interiores antes que en exteriores, e insta a la población a «mantenerse alejada de fachadas, puertas, ventanas y objetos frágiles o peligrosos» durante un bombardeo.
Nuevas tensiones entre China y Taiwán
Este simulacro se desarrolló de forma paralela a las maniobras Han Kuang, el mayor ejercicio militar anual de Taiwán, pensado para evaluar el nivel de preparación de las fuerzas armadas frente a un intento de invasión por parte de China, que considera a la isla como «parte inalienable» de su territorio. Las tensiones entre ambas partes volvieron a intensificarse en los últimos días, debido a los rumores sobre una posible escala en Estados Unidos del presidente isleño, William Lai, durante el viaje que tiene previsto hacer a Paraguay en agosto.
«Nos oponemos firmemente a cualquier tipo de intercambio oficial entre Estados Unidos y la región china de Taiwán y al tránsito de Lai en Estados Unidos bajo cualquier pretexto», aseguró este miércoles Chen Binhua, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino), en una rueda de prensa. El Gobierno isleño, por su parte, no ha confirmado ni desmentido el paso de Lai por territorio estadounidense, limitándose a señalar que, en caso de que se confirme algún plan, «se informará oportunamente a la ciudadanía».
La respuesta militar de Pekín no se hizo esperar: un total de 58 aeronaves del Ejército chino sobrevolaron los alrededores de Taiwán entre las 06.00 del miércoles (00.00 hora peninsular española) y las 06.00 del jueves (00.00 hora peninsular española), la mayor cifra diaria en más de tres meses y medio, según el último parte del MDN. Entre las aeronaves había cazas de combate, bombarderos, aviones de apoyo y drones.
Este es el número diario más alto registrado desde el pasado 2 de abril, cuando Pekín desplegó 59 aeronaves en el marco de las maniobras Strait Thunder-2025A (trueno del Estrecho, en inglés), unos ejercicios militares a gran escala en torno a Taiwán. Del total de vehículos reportados este jueves, 45 cruzaron la línea media del Estrecho e ingresaron en la región norte, centro, suroeste y este de la autoproclamada Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa, la mayor cifra diaria de incursiones desde el 20 de junio.
Incursión de buques chinos
Además, la Administración de la Guardia Costera (CGA) de Taiwán denunció una nueva incursión de buques chinos en aguas aledañas a la isla Pratas (Dongsha, en mandarín), un territorio bajo control de Taipéi situado a unos 310 kilómetros al sureste de Hong Kong. En una nota, la autoridad marítima indicó que los barcos 3103 y 3105 de la Guardia Costera china aparecieron en esta zona en la madrugada del 16 de julio sin activar el sistema AIS de identificación automática de buques, en un intento de «ocultar su trayectoria».
«Esto sugiere que podrían estar aprovechando el período de las maniobras militares Han Kuang para probar la capacidad de despliegue operativo marítimo de Taiwán mediante tácticas de zona gris, y así desgastar los recursos de aplicación de la ley de la Guardia Costera», señaló el organismo. En respuesta, la CGA envió al Hsun Hu No. 8 para vigilar de cerca a los buques chinos y emitir advertencias por radio para que se retiraran.
«La aparición simultánea de ambos buques en aguas de Dongsha indica una posible patrulla coordinada», apuntó la autoridad marítima, que denunció una incursión similar de buques chinos en torno a esta isla la semana pasada. La isla Pratas es uno de los territorios controlados por Taiwán en el mar de China Meridional, unas aguas cuya soberanía Pekín reclama en su casi totalidad y por las que pasa alrededor de un tercio del tráfico marítimo mundial.
Las autoridades de Pekín consideran a Taiwán como una «parte inalienable» del territorio chino y no han descartado el uso de la fuerza para concretar la «reunificación» de la isla y el continente, uno de los objetivos a largo plazo trazados por el presidente chino, Xi Jinping, tras su llegada al poder en 2012. Desde hace más de siete décadas, EEUU se encuentra en medio de las disputas entre ambas partes, ya que Washington es el principal suministrador de armas a Taipéi y, si bien no mantiene vínculos diplomáticos con la isla, podría defenderla en caso de conflicto con Pekín.