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Francia teme un jueves negro, parálisis de la nación y riesgos de vandalismo

Bruno Retailleau, ministro del Interior saliente y líder de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), ha ordenado este miércoles un «despliegue preventivo» de las fuerzas del orden, anunciando un «jueves negro», en toda Francia, con un millón de manifestantes y millares de «individuos peligrosos» … prestos al «enfrentamiento armado», con riesgo de tensiones «incendiarias».
El miércoles pasado, la jornada de manifestaciones y protestas del movimiento «Bloquons tout» («Bloqueémoslo todo») se transformó en una batalla campal entre grupúsculos radicales y las fuerzas del orden en varios puntos estratégicos de París.
La jornada nacional de protestas, contra Emmanuel Macron y el Gobierno de Sébastien Lecornu, primer ministro, convocada este jueves por todos los sindicatos de Francia, se presenta como una escalada de la contestación popular contra el poder político, tras la censura, días pasados, de François Bayrou, que no había podido presentar unos presupuestos del Estado desde el mes de diciembre pasado, cuando sustituyó a Michel Barnier, censurado por las mismas fuerzas, extrema derecha (Marine Le Pen) y extrema izquierda (Jean-Luc Mélenchon) que amenazan con seguir censurando al nuevo Gobierno.

Retailleau ha resumido la inquietud gubernamental de este modo: «Los prefectos han anunciado entre 200 y 300 manifestaciones, en toda Francia, que podrán movilizar a 900.000 o un millón de manifestantes. Nuestros servicios han indantificado de 5.000 a 10.000 individuos peligrosos, dispuestos a enfrentarse físicamente a las fuerzas del orden. Se trata de un riesgo grave, para la seguridad de las personas y para la seguridad en las calles comerciales de las grandes ciudades…».
El Medef (Movimiento de las empresas de Francia), la patronal, y las asociaciones de comerciantes, han pedido medidas de seguridad importantes, temiendo que los estallidos de violencia terminen con ataques de vandalismo
Más allá o más acá de la violencia, la intersindical, que reúne a todos los sindicatos franceses, anuncia un «movimiento global»: los transportes públicos (autobuses, metro, trenes de cercanías) estarán «muy perturbados»; los aropuertos sufrirán «perturbaciones» importantes; los servicios públicos, comenzando por escuelas y hospitales, sufrirán de paros y cierres aleatorios.
La intersindical confirma, así mismo, un otoño «caliente», con un rosario de reivindicaciones de fondo:
—«Más medios financieros para los servicios públicos».
—«Nuevas políticas para combatir la precariedad social creciente».
—«Mas inversiones para hacer frente a la transición ecológica y la reindustrialización».
—«Más justicia fiscal con nuevos impuestos para las grandes fortunas».
—«Abandono de la jubilación a los 64 años».
A esas reivindicaciones ‘generalistas’, algunos sindicatos sectoriales anuncian nuevas manifestaciones particulares. Los sindicatos agrícolas, por ejemplo, anuncian jornadas de protestas para denunciar el retroceso de la Política Agraria Común (PAC), antigua matriz histórica de la UE.
La gravedad inédita de la crisis social es una síntesis de las sucesivas crisis de los últimos años: crisis de los «chalecos amarillos», «la crisis de la jubilación», coincidiendo con la crisis política e institucional más grave desde la fundación del régimen de la V República, entre 1958 y 1962.
Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) y Jean-Luc Mélenchon, presidente de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), han anunciado que volverán a censurar al muy frágil gobierno que consiga formar el primer ministro, Sébastien Lecornu, pidiendo la convocatoria de elecciones anticipadas «para clarificar el caos actual, provocado por Emmanuel Macron«.

Publicado: septiembre 17, 2025, 2:45 pm

La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/francia-teme-jueves-negro-paralisis-nacion-riesgos-20250917170851-nt.html

Bruno Retailleau, ministro del Interior saliente y líder de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), ha ordenado este miércoles un «despliegue preventivo» de las fuerzas del orden, anunciando un «jueves negro», en toda Francia, con un millón de manifestantes y millares de «individuos peligrosos» prestos al «enfrentamiento armado», con riesgo de tensiones «incendiarias».

El miércoles pasado, la jornada de manifestaciones y protestas del movimiento «Bloquons tout» («Bloqueémoslo todo») se transformó en una batalla campal entre grupúsculos radicales y las fuerzas del orden en varios puntos estratégicos de París.

La jornada nacional de protestas, contra Emmanuel Macron y el Gobierno de Sébastien Lecornu, primer ministro, convocada este jueves por todos los sindicatos de Francia, se presenta como una escalada de la contestación popular contra el poder político, tras la censura, días pasados, de François Bayrou, que no había podido presentar unos presupuestos del Estado desde el mes de diciembre pasado, cuando sustituyó a Michel Barnier, censurado por las mismas fuerzas, extrema derecha (Marine Le Pen) y extrema izquierda (Jean-Luc Mélenchon) que amenazan con seguir censurando al nuevo Gobierno.

Retailleau ha resumido la inquietud gubernamental de este modo: «Los prefectos han anunciado entre 200 y 300 manifestaciones, en toda Francia, que podrán movilizar a 900.000 o un millón de manifestantes. Nuestros servicios han indantificado de 5.000 a 10.000 individuos peligrosos, dispuestos a enfrentarse físicamente a las fuerzas del orden. Se trata de un riesgo grave, para la seguridad de las personas y para la seguridad en las calles comerciales de las grandes ciudades…».

El Medef (Movimiento de las empresas de Francia), la patronal, y las asociaciones de comerciantes, han pedido medidas de seguridad importantes, temiendo que los estallidos de violencia terminen con ataques de vandalismo

Más allá o más acá de la violencia, la intersindical, que reúne a todos los sindicatos franceses, anuncia un «movimiento global»: los transportes públicos (autobuses, metro, trenes de cercanías) estarán «muy perturbados»; los aropuertos sufrirán «perturbaciones» importantes; los servicios públicos, comenzando por escuelas y hospitales, sufrirán de paros y cierres aleatorios.

La intersindical confirma, así mismo, un otoño «caliente», con un rosario de reivindicaciones de fondo:

—«Más medios financieros para los servicios públicos».

—«Nuevas políticas para combatir la precariedad social creciente».

—«Mas inversiones para hacer frente a la transición ecológica y la reindustrialización».

—«Más justicia fiscal con nuevos impuestos para las grandes fortunas».

—«Abandono de la jubilación a los 64 años».

A esas reivindicaciones ‘generalistas’, algunos sindicatos sectoriales anuncian nuevas manifestaciones particulares. Los sindicatos agrícolas, por ejemplo, anuncian jornadas de protestas para denunciar el retroceso de la Política Agraria Común (PAC), antigua matriz histórica de la UE.

La gravedad inédita de la crisis social es una síntesis de las sucesivas crisis de los últimos años: crisis de los «chalecos amarillos», «la crisis de la jubilación», coincidiendo con la crisis política e institucional más grave desde la fundación del régimen de la V República, entre 1958 y 1962.

Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha) y Jean-Luc Mélenchon, presidente de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), han anunciado que volverán a censurar al muy frágil gobierno que consiga formar el primer ministro, Sébastien Lecornu, pidiendo la convocatoria de elecciones anticipadas «para clarificar el caos actual, provocado por Emmanuel Macron«.

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