Publicado: noviembre 11, 2025, 11:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/temor-atentados-pone-jaque-navidad-alemania-20251111034730-nt.html
Los puestos, que simulan galletas de pan de jengibre con tejaditos de caramelo, ya están instalados. Las guirnaldas, los bolardos, el sistema de megafonía… Todo estaba ya listo para que Magdeburgo pudiese volver a abrir su mercado navideño el primer domingo de Adviento, pero … la alcaldesa, Simone Borris, anunció este martes la cancelación y explicó los lamentables motivos de la decisión. No ha firmado el permiso porque el concepto de seguridad presentado no garantiza al 100% la protección de los ciudadanos y los profesionales. El trasfondo es una carta de la Oficina de Administración Estatal al Ayuntamiento de Magdeburgo, en la que este concepto ha sido criticado, un año después del devastador ataque en el que murieron seis personas y varios cientos más resultaron heridas, en diciembre de 2024.
La carta critica la protección de los puntos de acceso y el número de policías previsto para el operativo. «Es como si cancelasen la Navidad», lamentaba tras conocer la noticia Selene, empleada de un céntrico hotel de la ciudad.
La empresa organizadora juzga erróneas las críticas y alega que no puede asumir el coste de unas medidas de seguridad «por las nubes» como las que sugiere el documento, que considera una coartada de las autoridades para curarse en salud ante cualquier imprevisto. «Hoy en día un cargo público se la juega, eso está claro. Si pasa cualquier cosa se le hará responsable y tratan de evitarlo. Pero es imposible garantizar la seguridad de forma absoluta», explican fuentes de la empresa, que está dispuesta a integrar muchos añadidos al concepto de seguridad, pero rechaza algunas de las medidas «imposibles de asumir».
La conmoción por el anuncio ha sido tal que el presidente regional de Sajonia Anhalt, Reiner Haseloff, ha improvisado una reunión este miércoles para estudiar si se puede rescatar con ayuda federal el mercado de Adviento.
El de Magdeburgo no es el único mercadillo que no se prevé celebrar este año en Alemania, donde son toda una tradición. En numerosos pueblos se instala uno, pero los requisitos de seguridad han llevado a cancelar muchos pequeños mercados de Adviento, como el de Overath, en Renania Norte-Westfalia, en torno a la iglesia de St. Walburga, o el de Kerpen, que no podrá abrir los puestos ya instalados en Stiftsplatz.
El anuncio de la cancelación en Magdeburgo coincide, fatalmente, con el inicio del juicio contra Taleb al-Abdulmohsen, el refugiado saudí que el pasado 20 de diciembre embistió con un BMW alquilado contra los despreocupados viandantes. El Tribunal Regional de Magdeburgo ha necesitado una nueva sala prefabricada, de 4.700 metros cuadrados y con espacio para 700 personas para albergar este proceso.
El acusado, desafiante
El acusado llegó en helicóptero, con grilletes en los tobillos, y fue conducido hasta una caja de cristal a prueba de balas, protegido por funcionarios judiciales armados y enmascarados. No sólo no mostró arrepentimiento durante la lectura de cargos por el fiscal general Matthias Böttcher, mientras los familiares de las víctimas apenas podían contener las lágrimas, sino que mostró amplia sonrisa y pose retadora.
Llevaba consigo un ordenador portátil que levantó en dirección a la prensa y en el que se podían leer las palabras «#MagdeburgGate» y «septiembre de 2026». Al parecer, quería aludir a las próximas elecciones regionales en Sajonia-Anhalt, que tendrán lugar el 6 de septiembre de 2026 y en las que, según las encuestas, el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) es favorita. En una carta que el acusado envió el pasado marzo, se jactaba de querer matar a todos los alemanes, excepto a su abogado y varios conocidos.
Es muy posible que el tribunal termine imponiendo la pena máxima, cadena perpetua, al final de este juicio que durará unas cincuenta sesiones como poco. Pero los efectos de aquel atentado van más allá. La posibilidad de que el mercadillo no abra sus puertas este año ha generado una sensación de derrota contra este tipo de terrorismo que pesa en el ambiente.
«Son ataques imposibles de evitar. Cualquiera puede alquilar un coche y lanzarlo contra los peatones en una calle. Cualquiera puede coger un cuchillo de la cocina y clavárselo al primero con el que coincida en el autobús o en el metro. Las fuerzas de seguridad no pueden prevenir esto y, sencillamente, hemos perdido contra ellos», lamenta en conversación con ABC Berenice, una maestra jubilada desde hace dos años. «Aunque abra finalmente el mercado de Adviento, porque yo creo que al final prevalecerá la razón y no el miedo, reconozcamos que ya no será lo mismo. Ya no volveremos a beber un vino caliente con la misma despreocupación y confianza que siempre y, en ese sentido, pues sí, hemos perdido una batalla», añade Kurt, recién llegado a la ciudad para asistir al juicio.
