Publicado: noviembre 12, 2025, 12:00 am
SofÃa está en el parque con su hija de cinco años. Tiene el móvil en una mano y con la otra busca papeles del trabajo en el bolso. Está tensa. Su voz suena entrecortada cuando responde a su pequeña, que corre a enseñarle algo del arenero. No puedo ahora, Emma, le dice sin mirarla. Minutos después, la niña se frustra, tira la pala y empieza a gritar. La tensión de una contagia a la otra, en un bucle silencioso.
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