Publicado: diciembre 2, 2025, 3:45 pm
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/trump-amenaza-venezuela-vamos-atacar-tierra-acabar-20251202203523-nt.html
Donald Trump aseguró este martes que los ataques terrestres del ejército de EE.UU. contra objetivos del narcotráfico empezarán «muy pronto».
«Vamos a empezar a hacer esos ataques en tierra también», dijo el presidente de EE.UU. en alusión a la campaña militar … contra narcolanchas que ha llevado a cabo el ejército de EE.UU. desde principios de septiembre.
«Por tierra es mucho más fácil, ¿sabes? Sabemos las rutas que usan. Sabemos todo sobre ellos. Sabemos donde vive, donde viven los malos. Y vamos a empezar con eso muy pronto», defendió Trump durante el turno de preguntas de la prensa posterior a la última reunión de su Gabinete este año. «Cientos de miles de personas mueres aquí todos los años. Vamos a acabar con esos hijos de perra», aseguró.
Las advertencias de ataques terrestres inminentes ocurre en medio de una creciente tensión sobre la posible intervención militar de EE.UU. en Venezuela. La Administración Trump ha acusado al presidente del país, Nicolás Maduro, de ser un líder del narcotráfico y ha realizado un enorme despliegue militar en el Caribe.
Las nuevas declaraciones sobre los ataques al narco ocurren poco después de que Trump reconociera la celebración de una llamada telefónica con Maduro. En ella, el presidente de EE.UU. exigió al dictador venezolano su salida del poder o que se enfrentara a consecuencias.
Pero en sus declaraciones a la prensa, Trump no circunscribió las posibilidades de ataques militares terrestres solo a Venezuela. Aseguró que también irá a por objetivos del narco en otros países «si creemos que están creando instalaciones para la producción de fentanilo o cocaína».
Y señaló de forma específica a Colombia, donde también ha acusado a su presidente, Gustavo Petro, de ser un narco y al que EE.UU. ha sancionado por sus relaciones con el negocio de la droga.
«Me dicen que Colombia está fabricando cocaína. Que tienen plantas de producción de cocaína. Y que nos venden su cocaína. Cualquiera que haga eso y nos venda droga puede ser sujeto de ataque. No, no solo Venezuela», aseguró.
«Venezuela ha actuado muy mal. Lo han hecho muy mal en otras cosas, probablemente es peor que la mayoría. Pero otros también lo hacen», dijo.
Tambores de guerra en la región
Las palabras de Trump intensifican la presión contra Maduro y hacen que vuelvan a sonar con más fuerza los tambores de guerra en la región, donde EE.UU. ha desplegado cerca de diez mil soldados, además de decenas de buques militares. Entre ellos, el portaaviones Gerald R. Ford, el más poderosos del mundo, que trasladó desde el Mediterráneo el mes pasado para reforzar la presencia militar en el Caribe. O, al menos, acercan la posibilidad de ataques específicos en territorio de Venezuela contra objetivos del narcotráfico que contribuyan, además, a la desestabilización del régimen chavista.
Maduro, que ignoró su derrota electoral en las elecciones del año pasado, busca aferrarse al poder a toda costa y ha intentado convencer al presidente de EE.UU. para que no dé el paso bélico y encontrar un arreglo. El último intento fue en esa llamada, de la que la Administración Trump no dio información y solo se conoció por revelaciones periodísticas. En la conversación, que fue corta, Maduro ofreció dejar el poder a cambio de muchas garantías legales, financieras y de seguridad: amnistía total para sus familiares, eliminación de las sanciones de EE.UU. para él y para todo su entorno de altos cargos, desestimación de su caso ante el Tribunal Penal Internacional… Según Reuters, el dictador venezolano también pidió a Trump que el Gobierno quedara de forma provisional en manos de su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, y que se convocarían elecciones.
En la llamada con Trump, Maduro ofreció dejar el poder a cambio de muchas garantías legales, financieras y de seguridad
La llamada apenas duró quince minutos y la respuesta de Trump fue rechazar la mayoría de sus pretensiones y darle una salida: abandonar Venezuela en pocos días con el destino de su elección y con la compañía de sus familiares.
Trump defendió la posibilidad de ataques terrestres como resultado de la experiencia de la campaña militar a narcolanchas en aguas internacionales del Caribe y del Pacífico, que celebró como muy efectivas y que han logrado hundir la entrada de droga por mar en EE.UU.
Crisis por las narcolanchas
Pero, al mismo tiempo, han creado una crisis política para Trump por lo ocurrido en el primer ataque a una narcolancha y que ha puesto en el foco, una vez más, a su secretario de Defensa, Pete Hegseth.
Desde hace unos días, se sabe que en aquel ataque del 2 de septiembre se lanzó un segundo misil para acabar con dos supervivientes aferrados a la lancha en llamas. La legalidad de los ataques militares a narcolanchas ha sido cuestionada por muchos dentro y fuera de EE.UU. Pero rematar a dos supervivientes eleva mucho las dudas mucho más allá, con investigaciones del Congreso ya en marcha.
La semana pasada, ‘The Washington Post’ aseguró que ese segundo misil se lanzó para cumplir con las órdenes de Hegseth de «matar a todo el mundo» en esos ataques. Ahora, tanto Hegseth como el propio se han distanciado de la decisión del segundo ataque, lo que apunta a que toda la responsabilidad recaiga en el almirante Fran ‘Mitch’ Bradley, al frente de la Comandancia Sur.
Trump se quitó de enmedio durante la reunión del Gabinete. «No sabía que hubo un segundo ataque», «no sabía que había gente ahí», «no estuve implicado en ello», aseguró, después de decir el domingo que él no hubiera ordenado un segundo ataque.
Hegseth, que ya dijo en la víspera que la decisión fue de Bradley, volvió a dejar claro que él se lava las manos en el episodio, pese a que en su día, en una entrevista en Fox News, aseguró que siguió el ataque en directo. «Tenemos muchas cosas que hacer y no me quedé todo el tiempo», matizó el martes, cuando también aseguró que «yo personalmente no vi a los supervivientes». Pero apoyó la decisión del almirante, porque el segundo ataque ocurrió en lo que él llamó «la niebla de la guerra».
.
