Publicado: mayo 13, 2025, 4:00 pm
El proceso digestivo, especialmente cuando se van cumpliendo años, tiende a generar ciertas dificultades, a ralentizarse y ocasionar molestias que achacamos a un metabolismo lento o a la ingesta de algún alimento que ‘repite’. Sin embargo, no debería ser así en ningún caso, puesto que si sentimos que alimentos como los calçots, el ajo, la cebolla o el trigo nos hacen pesadas las digestiones podríamos estar padeciendo un problema de salud que necesita de nuestra atención.
En este contexto, el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdaguer publica en sus redes sociales un clarificador vídeo divulgativo en el que pone sobre la mesa una nueva patología denominada ‘sulfatación lenta’, que podría ser la responsable de esas molestias estomacales que achacamos a otros factores.
Dime qué te sienta mal y te diré qué (posible) problema de salud tienes
Verdaguer comienza su exposición lanzando una pregunta al aire: «¿Te sientan mal los calçots o las cebollas? Hay gente que se come 5 calçots y se sienten fatal, y otra que puede comer 15 y no tiene ningún problema. ¿Por qué sucede esto?». Al parecer, y según el experto, los calçots son muy ricos en fructosa y fructans, «y no todo el mundo tiene el intestino en buena forma como para digerir correctamente esas sustancias».
Pero no sólo menciona los calçots, sino otros alimentos que llevan los mismos derroteros digestivos. «A esas mismas personas que les sientan mal los calçots seguramente les va a sentar mal el trigo, cualquier alimento que contenga este cereal, puesto que también es rico en fructans. Lo mismo sucede con la cebolla, que es de los peores alimentos para estos pacientes».
¿Dónde radica entonces el problema con las digestiones de estas personas? El doctor menciona que «mientras el intestino esté inflamado por algún motivo (no dormir suficiente, estrés crónico, porque tenga patógenos por culpa de un SIBO, parásitos, hongos, etc…), no va a poder digerir ni la cebolla ni el trigo, siempre les va a sentar mal». La respuesta según el experto está en la sulfatación lenta.
¿Qué es la sulfatación lenta y por qué sucede?
En palabras de Verdaguer, «si el ajo te repite, la cebolla también, y lo hacen igualmente el pimiento rojo o una pequeña cantidad de vino, por ejemplo, acabas de descubrir que sulfatas mal«. Lo mismo puedes sospechar en el caso de que comas espárragos «y detectes que la orina huele fuerte después».
La explicación de este fenómeno está en «una enzima que tenemos en el hígado, en el cerebro, en el riñón y otros órganos, que se encarga de eliminar tóxicos, hormonas y también azufre. Si va lento observarás que el azufre no lo eliminas tan fácilmente ni tan rápido como otras personas. Hay gente, aunque no lo creas, que come espárragos y no cambia el olor de su orina, Ellos sulfatan bien».
Así pues, si eres de los que piensa que el gazpacho se le repite siempre y no sabes por qué, «es más que probable que estés sulfatando de forma incorrecta. En mi libro Transforma tu salud dedico varios capítulos al hígado, y a la manera en la que podemos revertir este fenómeno y arreglar esas digestiones inoportunas», comenta el experto.
Estos son los síntomas de la sulfatación lenta
En general, las personas que ‘sulfatan lento’ suelen «sufrir dolores de cabeza, migrañas, además de padecer molestias relacionadas con el colon irritable, gastritis, esofagitis o inflamación por gingivitis, que es ese proceso en el que te cepillas los dientes y ves que las encías sangran de forma habitual».
Como continúa explicando Verdaguer, otro de los síntomas, en este caso en las mujeres, es que «se pueden tener molestias más intensas con la regla, así como irregularidades en el ciclo menstrual. La razón es que la sulfatación elimina hormonas sexuales y, si no se desarrolla bien el proceso, quienes lo padecen tienen problemas hormonales».
Al mismo tiempo, «la sulfatación se encarga de fabricar enzimas digestivas y una capa protectora de mucina más gruesa. Si sulfatamos lento, esa capa de mucina va a ser mucho más fina y a protegernos menos. Otro síntoma de la sulfatación lenta es que se hincha la barriga, y se repiten con demasiada asiduidad las infecciones de orina y las molestias intestinales. No estamos hablando de digestiones lentas, sino de algo que va más allá y que, por suerte, podemos solucionar con ayuda experta», concluye Xevi Verdaguer.
Referencias
S. Mesía-Vela, F. C. Kauffman. ‘Inhibition of rat liver sulfotransferases SULT1A1 and SULT2A1 and glucuronosyltransferase by dietary flavonoids’. Publicado en National Library of Medicine. Consultado online en https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/14742143/el 8 de abril de 2025.