Publicado: noviembre 14, 2025, 5:03 pm

Donald Trump ha tratado de gestionar el problema de la revelación de documentos sobre Jeffrey Epstein, un asunto que ha abierto grietas con parte de su electorado más leal, con la táctica de la avestruz: metiendo la cabeza bajo tierra, negándolo todo, oponiéndose … a la desclasificación masiva de documentos, limitándose a decir que es una «patraña» y una distracción de los demócratas.
Eso no ha contentado a muchos republicanos, y Trump pasa ahora a una segunda táctica, la del ventilador. El presidente de EE.UU. ha anunciado este viernes investigaciones sobre las relaciones del malogrado criminal sexual no con él, sino con figuras demócratas o asociadas al partido.
«Voy a pedir a la fiscal general, Pam Bondi, y al Departamento de Justicia que, junto a nuestros grandes patriotas del FBI, investiguen las implicaciones y relaciones de Jeffrey Epstein con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, JP Morgan Chase y muchas otras personas e instituciones», dijo Trump en su red social.
El expresidente demócrata Clinton tuvo, como Trump, una relación de amistad con Epstein. Igual que el que fuera su secretario del Tesoro, Lawrence Summers, y que Hoffman, un millonario tecnológico, financiador de campañas demócratas. Todos ellos -también Trump- aparecieron en los registros de vuelos del infame avión privado de Epstein, el llamado ‘Lolita Express’.
El anuncio llega en la semana en la que la relación entre Trump y Epstein, que fueron amigos y compañeros de fiestas durante muchos años, ha vuelto una vez más al candelero. Tres correos electrónicos de Epstein revelados por los demócratas de la Cámara de Representantes mostraban que el financiero aseguró que Trump «pasó horas» en su casa con una de sus víctimas y que «sabía todo lo de las chicas» (Epstein fue acusado de tráfico y abuso sexual de mujeres, algunas de ellas menores de edad).
Esos emails estaban en posesión de los congresistas después de que el Comité de Supervisión de la Cámara Baja, liderada por republicanos, exigiera a los herederos de Epstein la entrega de una colección documental de cerca de 23.000 páginas. Como respuesta a la revelación demócrata, los republicanos publicaron la colección entera, lo que ha provocado todavía más atención a la relación Trump-Epstein.
JP Morgan Chase en la mira
La presencia de JP Morgan Chase entre los objetivos de la anunciada investigación de Trump tiene que ver con los lazos del mayor banco de EE.UU. con Epstein, que era un cliente prioritario. En 2023, JP Morgan pagó 290 millones de dólares a algunas de las víctimas de Epstein en un acuerdo extrajudicial sobre su inacción frente a los delitos de su cliente. El banco recibió avisos internos sobre Epstein pero los ignoró.
En el caso de Clinton, Summers y Hoffman, todos tuvieron relación con Epstein, pero, como con Trump, no han aparecido evidencias hasta el momento de que ninguna participara en sus delitos de tráfico o abuso sexual. Los tres han mostrado han lamentado su amistad con Epstein y, como Trump, han asegurado que no sabían nada de sus fechorías.
El anuncio de investigaciones de Trump busca distraer la atención, pero sobre todo, calmar las aguas con parte del trumpismo, insatisfecho con la gestión que ha hecho el presidente de la trama Epstein. En campaña, él y sus aliados prometieron transparencia total sobre Epstein, cuyo suicidio en una celda de Manhattan pocos meses antes de su juicio desató teorías conspiranoicas sobre la implicación de las elites políticas y financieras en sus correrías.
Revelaciones limitadas
Una vez en la Casa Blanca, sin embargo, las revelaciones de documentos por parte de la Casa Blanca y del Departamento de Justicia han sido limitadas. Y los mismos que hablaban de transparencia e incluso de revelar la supuesta ‘lista de clientes’ de Epstein -Pam Bondi, actual fiscal general; o, sobre todo, Kash Patel, director del FBI- han pasado a decir que la lista no existe y que la causa de fallecimiento de Epstein fue suicidio.
Eso ha indignado al sector trumpista que más desconfía de las instituciones y que confía en que Trump volvería para sacar la basura de las cloacas del estado. Y, con ellos, a sus representantes en el Congreso. Varios republicanos han decidido unirse a los demócratas para impulsar la desclasificación completa de los documentos relacionados con Epstein en posesión del Departamento de Justicia y del FBI, a lo que se opone la Casa Blanca.
La ira de Trump también va hacia ellos. «Algunos republicanos débiles han caído en las garras de los demócratas porque son blandos y bobos», dijo el presidente en otro mensaje, poco antes de anunciar las investigaciones.
De momento las encuestas muestran que Epstein es una piedra en el zapato. Según un sondeo de Reuters/Ipsos, nueve de cada diez republicanos aprueban la gestión de Trump en su segundo mandato. Pero solo cuatro de cada diez dicen lo mismo de cómo está llevando el caso Epstein.
