Los derechistas Kast y Kaiser empatan frente a la comunista Jara, según los sondeos prohibidos en Chile - Chile
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Los derechistas Kast y Kaiser empatan frente a la comunista Jara, según los sondeos prohibidos en Chile

Publicado: noviembre 13, 2025, 8:55 pm

Los candidatos de la derecha radical, José Antonio Kast y el libertario Johannes Kaiser, estarían empatados en torno a un 20 por ciento de la intención de voto y será este domingo, día 16, cuando se defina en las urnas cuál de ellos pasará a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales chilenas para enfrentarse con la candidata del oficialismo, la comunista Jeanette Jara, quien recibiría el 33,6 por ciento de los sufragios.

Estos datos figuran en la última encuesta realizada en Chile por el sociólogo Alberto Mayol y su empresa La Cosa Nostra, a la que ABC ha tenido acceso.

Chile prohíbe la difusión de encuestas electorales durante los quince días previos a una elección, una medida calificada como atrasada y absurda por la prensa chilena y por los expertos de la industria demoscópica. Fruto de esta prohibición, el país vive en cada ciclo electoral un mercado negro de sondeos.

Cuatro encuestas privadas han circulado profusamente por WhatsApp y Telegram en las últimas dos semanas, y una quinta medición, la elaborada por La Cosa Nostra, puede conocerse ahora gracias a ABC.


Las encuestas secretas de Chile

Intención de voto en porcentaje

La Cosa Nostra*

Black&White

Candidatos

Mayne-Nicholls

(*): Campo: Se realizó entre

el 3 y el 11 de noviembre

Muestra: Marco muestral de 250.000 contactos.

Aplicación online

Se realizaron 600 entrevistas válidas

Fuente: La Cosa Nostra y agencias / ABC

Las encuestas secretas de Chile

Intención de voto en porcentaje

La Cosa Nostra*

Black&White

Candidatos

Mayne-Nicholls

(*): Campo: Se realizó entre el 3 y el 11 de noviembre

Muestra: Marco muestral de 250.000 contactos. Aplicación online

Se realizaron 600 entrevistas válidas

Fuente: La Cosa Nostra y agencias/ ABC

El resultado de este último sondeo, cuyo trabajo de campo concluyó el martes 11 de noviembre, coincide con las demás encuestas conocidas estos días. La comunista Jara, abanderada del centroizquierda y partidaria de la continuidad del Gobierno de Gabriel Boric, ocupará el primer lugar en las votaciones del domingo. El sondeo de La Cosa Nostra es el que mayor porcentaje de voto le atribuye de todas las encuestas conocidas (ver gráfico), fruto del decantamiento de los indecisos.

Derecha dividida

La gran novedad está en los candidatos de derecha, sector que se presenta dividido en tres postulantes que se reparten entre el 55 por ciento y el 60 por ciento de las intenciones de voto. El favorito en todos los sondeos para pasar a la segunda vuelta frente a Jara es José Antonio Kast, del Partido Republicano. Más aún, la mayoría de los encuestados coinciden en que Kast es favorito para ser el próximo presidente de Chile. Sin embargo, en las últimas semanas las encuestas detectaron un fuerte avance del candidato libertario, el youtuber Johannes Kaiser.

Según La Cosa Nostra, Kast, con un 20,3 por ciento, y Kaiser, con un 20,0 por ciento, estarían empatados técnicamente en el segundo lugar, por lo que la definición de quién pasará al balotaje puede ser fotográfica. Evelyn Matthei, candidata del centroderecha que hace solo unos meses era la favorita del sector, queda relegada a un 16,2 por ciento de la intención de voto, muy lejos de la disputa por la segunda vuelta.

Para muchos observadores, este es el dato políticamente más disruptivo: la derecha que antes se ordenaba ahora se fractura en tres candidaturas competitivas. Muchos analistas consideran que una candidatura única de la derecha hubiese permitido conquistar la Presidencia de la República directamente en primera vuelta, reuniendo más del 50 por ciento de los votos, y que ello habría reflejado mejor los deseos de cambio de los chilenos.

El resto de los candidatos aparece sin opciones reales: el populista Franco Parisi queda en el 5,5 por ciento; el centrista Harold Mayne-Nicholls, en el 3,2; el izquierdista Marco Enríquez-Ominami, en el 0,7, y el comunista Eduardo Artés, en el 0,5 por ciento.

Un país que vota a ciegas

La difusión de estos datos choca con un marco legal que muchos en Chile consideran obsoleto. Desde 2016, la Ley 18.700 establece una de las vedas más largas del mundo democrático: quince días sin encuestas, una duración que solo comparten Paraguay, Italia, Grecia, Eslovaquia y Montenegro. En Europa, la mayoría de los países limitan el ‘blackout’ a menos de una semana –como es el caso de España– y varios, sobre todo los escandinavos y los de tradición anglosajona, no lo aplican en absoluto.

La intención original de la norma chilena era proteger al elector frente a sondeos manipulados o metodológicamente deficientes. En la práctica, la medida ha conseguido lo contrario: expulsa a los medios de comunicación del circuito informativo y empodera los canales opacos, donde circula información sin verificación alguna.

La intención de la norma chilena era proteger al elector frente a sondeos manipulados o deficientes, pero en la práctica empodera canales opacos, sin verificación

La paradoja es evidente: mientras los medios formales están amordazados, en grupos de WhatsApp, listas de Telegram y cadenas informales se comparten a diario los resultados de mediciones privadas. La restricción, lejos de proteger, genera una asimetría democrática: solo los mejor conectados acceden a los datos. El ciudadano común queda en la penumbra informativa.

El diario chileno ‘La Tercera’ ha denunciado en un editorial que la norma «facilita el trabajo de quienes difunden contenido falso o manipulado» y excluye a quienes pueden verificarlo. Y el politólogo Alberto Mayol, desde La Cosa Nostra, ha defendido su ejercicio frente a las críticas de otras encuestadoras, dando pie a un debate público que se desarrolla, irónicamente, sin poder mostrar los números que lo originaron.

La filtración masiva de estos sondeos ilustra el desfase entre la legislación chilena y el ecosistema digital. La veda, concebida para garantizar un periodo de reflexión, termina forzando al electorado a votar a ciegas en la etapa más decisiva de la campaña, mientras la élite política opera con información actualizada y estratégica. El resultado es un modelo que erosiona la igualdad ante el voto y que convierte la información en un privilegio. Las autoridades electorales han defendido la norma como un resguardo institucional, pero cada ciclo electoral demuestra que el ‘blackout’ ya no funciona: la conversación pública sigue su curso en las sombras, y los ciudadanos quedan obligados a orientarse entre rumores.

Related Articles