Publicado: noviembre 1, 2025, 5:01 pm

La reunión en Corea del Sur entre Donald Trump y Xi Jinping ha rebajado la tensión comercial entre sus dos países, en vez de proseguir con una escalada de medidas proteccionistas que dañarían a las economías de ambos países. Pero no sabemos por cuánto … tiempo prevalecerá esta visión racional que lleva a la gestión positiva de la enorme interdependencia económica entre los dos países. En la era de las rivalidades, prevalece la idea de que las interdependencias son vulnerabilidades que los más poderosos explotan con una mentalidad de suma cero, según la cual para que un país gane en una negociación otro debe perder.
El único motor de la economía del régimen de Pekín que funciona son las exportaciones, tras el fracaso del mayor intervencionismo estatal en la economía, el intento de aumentar el consumo interno y el hundimiento del sector inmobiliario. Por eso, Xi Jinping había amenazado con el freno al suministro de minerales críticos, un sector de tamaño económico pequeño y en su mayor parte bajo control chino, pero vital para el desarrollo tecnológico de Estados Unidos. Por su parte, Washington modula la exportación a China de semiconductores de alta calidad, en la que una sola empresa, la californiana Nvidia, ocupa un papel central en su diseño.
Las consecuencias de la reunión en la ciudad surcoreana de Gyeongju son buenas para los dos gobiernos. Han controlado los daños, sin renunciar a entender que sus sistemas políticos son incompatibles entre sí. Asimismo, ha quedado claro que, en esta nueva Guerra Fría en curso, China juega sus bazas con mayor frialdad y determinación. El líder comunista aspira a consolidar el formato del G-2 y aprovechar que Trump es débil con los fuertes y fuerte con los débiles.
Xi incluso llegó a decirle al presidente estadounidense que «siempre he creído que el desarrollo de China es compatible con su visión de Hacer América Grande Otra Vez». En el fondo, celebraba el repliegue internacional de Estados Unidos y el debilitamiento de sus alianzas en Asia y Europa, que le permite acelerar en la proyección de su ambición global.
