Publicado: julio 17, 2025, 2:20 pm

El acuerdo pretende devolver lo que alemanes y británicos han perdido como resultado del Brexit, algo que el canciller alemán Friedrich Merz sigue «lamentando profundamente hasta el día de hoy», según ha recordado tras la firma del documento, que ha tenido lugar en … el Museo Victoria & Albert de Londres.
La principal diferencia es que el Reino Unido negociaba hasta ahora con la UE y esta nueva modalidad de acuerdos los va tejiendo en formato bilateral con los socios que considera más interesantes. Londres intenta revertir así algunas de las más molestas consecuencias del divorcio de Europa, como la violenta disminución de viajes de alemanes al país.
A partir de finales de agosto, los primeros viajeros británicos podrán utilizar los puntos de control fronterizos automatizados (e-gates). A más tardar a finales de 2025, los estudiantes alemanes volverán a entrar en el Reino Unido sin visado ni pasaporte y viceversa. Y un grupo conjunto de expertos se encargará de cavilar cómo se pueden encontrar otras «soluciones mutuamente aceptables a los problemas de movilidad en Gran Bretaña y Alemania».
Pero el calado de este Tratado de Amistad es mucho más profundo, sobre todo en materia de seguridad y defensa. Los dos países firman su compromiso a prestarse asistencia militar en caso de ataque, independientemente del ya existente debido a su pertenencia a la OTAN.
Para Alemania es particularmente importante porque Gran Bretaña es una potencia nuclear. Fuentes del Gobierno alemán insisten en que la cláusula de asistencia mutua es sólo «para ser leída como un suplemento», «no como un sustituto del Tratado del Atlántico Norte».
Se trata de un gran paso diplomático en la primera visita oficial de Merz a Reino Unido. El primer ministro británico, Keir Starmer, se ha felicitado por la mejor coordinación estratégica que se establecerá a partir de ahora entre ambos países, que abarcará desde la cooperación en proyectos de armamento hasta estrategias de cooperación económica, migración e intercambio social.
En el segundo párrafo del preámbulo, en el documento de 23 páginas, las dos partes se comprometen a «una voluntad común para hacer frente a los nuevos desafíos de gran importancia para la seguridad euroatlántica en una época caracterizada por una mayor competencia estratégica, desafíos al orden internacional basado en normas y desafíos a sus democracias derivados de las crecientes amenazas híbridas».
«La brutal guerra de agresión de la Federación Rusa» es nombrada como «la amenaza más significativa e inmediata» a la seguridad y se aclara que la nueva cooperación debe entenderse como un complemento de la OTAN y de la UE, de la que Gran Bretaña se ha retirado. El texto especifica que «no hay amenaza estratégica para uno que no sea una amenaza estratégica para el otro».
Queda concertado un diálogo estratégico anual entre ministros de Relaciones Exteriores y reuniones de funcionarios de alto rango para coordinar la política exterior, de seguridad y de defensa. También se establece una cooperación más profunda entre los servicios de inteligencia, de la que se beneficiará en particular Alemania.
La cooperación trilateral con Francia es mencionada explícitamente, en el formato E3, recién actualizado en el Acuerdo conjunto de Lancaster House, para coordinar el uso de armas nucleares y crear un grupo de supervisión. No aparece en el nuevo tratado mención específica sobre la disuasión nuclear y, muy en términos más generales, sólo el artículo siete habla de profundizar la cooperación en materia de disuasión.
El Gobierno alemán señala que este tema se discutirá «de manera apropiada» y confidencial, primero con Francia y «a su debido tiempo» con Reino Unido. La cooperación armamentística con vistas a la disuasión convencional, sin embargo, es ya un hecho.
En el acuerdo de Trinity House, firmado por los ministros de defensa alemán y británico el pasado otoño, avanzó ya la intención de desarrollar conjuntamente las llamadas «capacidades de ataque de precisión profunda», misiles de un alcance de más de 2.000 kilómetros y aviones no tripulados de combate.
Con respecto a las exportaciones de armas, ambos países reconocen conjuntamente «la importancia de una agenda confiable en materia de transferencias y exportaciones», que sugiere que Alemania abandona sus tradicionales reticencias, que han causado retrasos en la ayuda a Ucrania y grietas en los proyectos armamentísticos conjuntos.
En el acuerdo, las dos partes se comprometen además a una estrecha cooperación en la lucha contra el crimen organizado y contra la «migración irregular», así como en materias de ciencia e investigación, transición energética y lucha contra el cambio climático e intercambio entre los ciudadanos de ambos países.