Publicado: febrero 27, 2025, 5:00 am
Más de veinte mil personas volvieron a escuchar en vivo a Sting (73) durante los dos shows que brindó en Buenos Aires como parte de su gira Sting 3.0. Hacía siete años que el reconocido cantante inglés no pisaba suelo argentino y se hizo sentir. El público deliró con las presentaciones y aplaudió y cantó cada uno de sus temas. Incluso Charly García (73) –con quien compartió escenario en 1987 en el marco del concierto de Amnistía Internacional celebrado en el Estadio de River Plate– se dio el gusto de intercambiar unas palabras con él antes del recital.
Dueño de un magnetismo y un talento únicos que lo convirtieron en uno de los músicos más influyentes de la historia, Gordon Matthew Thomas Sumner (es su nombre real) construyó una carrera atravesada por la música, el amor, sus convicciones políticas y la relación con sus seis hijos. “Yo esperaba tener esta vida, la imaginé con todo detalle y hoy la vivo como siempre la soñé… Quería convertirme en un autor de canciones, viajar por el mundo, tener éxito. Pero, sobre todo, quería vivir de la música y creo que lo logré”, aseguró hace un tiempo a la revista Vanity Fair.
Con 100 millones de álbumes vendidos, 17 premios Grammy en su poder y una fortuna valuada en 300 millones de dólares, no hay dudas de que cumplió su sueño. Gran parte de sus logros, como reconoció el propio ex líder de la banda The Police, se debió al apoyo incondicional de su gran amor, la actriz y productora Trudie Styler (71).
TREINTA Y DOS AÑOS A PURA PASIÓN
El tiempo le dio la razón a su corazón. Si bien su historia de amor con Styler estalló en medio de un escándalo –el artista se enamoró de Trudie cuando aún estaba casado con su primera mujer, Frances Tomelty (76), madre de sus hijos Joe (48) y Fuchsia (42)–, la pareja hoy es una de las más estables y admiradas de la industria.
Según cuenta el cantante en su biografía Broken Music, él quedó fascinado con Trudie desde el momento en que la conoció. Por ese entonces, ella formaba parte de la Royal Shakespeare Company junto a su amiga y vecina, Tomelty. El flechazo fue inevitable. El cantante de “Every Breath You Take”, que ya llevaba diez años de casado y esperaba la llegada de su segundo hijo, dejó todo por este nuevo amor. “Ninguno de nosotros puede enorgullecerse de lo que pasó, pero pasó. Nos enamoramos, vivimos juntos, nos casamos y tuvimos hijos. Esa es la historia de nuestra vida”, reveló en el libro. Se casaron en 1992 después de diez años de relación.
“Con Trudie también somos amigos. Nos amamos, pero a la vez nos gustamos, y esa es una gran distinción. Es importante casarte con tu mejor amiga”, dijo el día de su boda celebrada en St Andrew’s Church en Great Durnford, Wiltshire, Reino Unido. Hoy, el músico y la actriz son padres de Mickey (41), Eliot (34), Jake (39) y Giacomo (29) y comparten su faceta de activistas por los derechos humanos. Además, juntos crearon en 1988 la fundación Rainforest, una ONG destinada a preservar las selvas tropicales y a proteger a los pueblos indígenas de África, Asia y Sudamérica.
También los une su pasión vitivinícola. Tienen una fabulosa finca de 350 hectáreas en La Toscana –Il Palagio Estate– donde producen y venden sus vinos Roxanne, When We Dance, Casino delle Vie, Baci Sulla Bocca, New Day y Sister Moon. “No sé si comer bien nos hace mejores personas, pero de lo que estoy convencido es que disfrutar de un buen vino y una buena comida con los demás, así como crear música y cantar, es la mejor forma de compartir nuestras experiencias”, dijo él hace un tiempo.
YOGA, VINO Y ROCK
Hace más de treinta años que Sting practica yoga todos los días. Más de una vez llegó a organizar retiros con sus amigos, otros músicos e instructores de yoga en La Toscana. Apasionado promotor de esta disciplina, llegó a decir que las sesiones de sexo tántrico con Trudie duraban hasta siete horas.
Tiempo después explicó esa declaración, exagerada: “La idea del sexo tántrico es un acto espiritual. No conozco una forma más pura y mejor de expresar el amor por otra persona que compartir ese maravilloso ‘sacramento’… Las siete horas incluyen salida al cine y cena”, dijo, entre risas, en una entrevista con el escritor y actor James Lipton, en 2014. Hijo de una familia de clase trabajadora –padre repartidor de leche y madre peluquera– de la pequeña localidad de Wallsend, en Newcastle, Inglaterra, Sting siempre se mantuvo fiel a sus convicciones. “Yo procedo de la clase obrera. Sigo siendo socialista, aunque sea muy rico. Le doy trabajo a mucha gente, gasto bien el dinero, respeto el trabajo”, aseguró al diario español El País. Tal vez por ello, reveló también que ninguno de sus seis hijos recibirá su herencia a pesar de contar con una fortuna importante que se estima en más de 300 millones de dólares. “No quiero dejarles fondos fiduciarios. Tienen que trabajar. Todos mis hijos lo saben, y rara vez me piden algo, lo cual respeto y aprecio”, afirmó en un reportaje publicado por The Sunday Times.
“Obviamente saben también que si tienen problemas serios los voy a ayudar, pero nuestra ética vital es que hay que ganarse la vida, y ya dije que no habrá dinero cuando yo me vaya”, concluyó el músico, abuelo de siete nietos. Con una carrera en la música de casi cinco décadas y un amor incondicional con su mujer, Sting admite que no tiene ninguna cuenta pendiente. En 2017, dijo: “Si mañana terminara repentinamente mi vida, no tendría nada de qué lamentarme. Tuve una vida maravillosa”.