Publicado: diciembre 8, 2025, 5:51 pm
El papa ha acudido este lunes al centro de Roma para venerar la imagen de la Inmaculada Concepción, como marca la tradición, y ha pedido que tras el Jubileo se abran «otras puertas de casas y oasis de paz», se eduque «en la no violencia» y se aprenda «el arte de la reconciliación».
Al llegar a plaza Mignanelli, al lado de la famosa Plaza de España, el pontífice ha bendecido un ramo de flores blancas con un lazo del Vaticano, que se ha depositado a los pies de la columna que sostiene la estatua de la Virgen. «Inmaculada, Madre de un pueblo fiel, tu transparencia ilumina Roma con luz eterna, tu camino perfuma sus calles más que las flores que hoy ofrecemos», ha rezado León XIV a la estatua repleta de flores por la festividad de este dogma católico.
En su oración, ha hecho especial alusión al Jubileo, que se cerrará el próximo 6 de enero: «Florezca la esperanza jubilar en Roma y en cada rincón de la tierra, esperanza en el mundo nuevo que Dios prepara y del que tú, oh Virgen, eres como la yema y la aurora».
«Después de las puertas santas, ábranse ahora otras puertas de casas y oasis de paz, en las que renazca la dignidad, se eduque en la no violencia y se aprenda el arte de la reconciliación», ha añadido.
León XIV ha recordado que, durante este Año Santo, «muchos peregrinos de todo el mundo han recorrido las calles de esta ciudad», subrayando que la humanidad, aunque probada y a veces «aplastada», sigue siendo «recipiente del Espíritu de vida». El papa ha pedido también a la Virgen «inspirar nuevas intuiciones» en la Iglesia, tanto en Roma como en las iglesias locales que «recogen las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de nuestros contemporáneos, sobre todo de los pobres y de quienes sufren».
El pontífice ha finalizado encomendándose a la Inmaculada para que interceda por la ciudad y por toda la humanidad, especialmente en «tiempos de cambios profundos» que parecen dejar a la gente «desprevenida e impotente».
Una tradición papal desde 1857
Centenares de fieles aguardaban en la plaza de España al papa, quien ha llegado en papamóvil sobre las 15.55 hora local y ha sido recibido por el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. Posteriormente, ha caminado hasta los pies de la columna, donde ha rezado una oración y ha bendecido las flores blancas adornadas con el lazo del Vaticano, que ha depositado a los pies de la columna de 15 metros que sostiene la estatua. Tras la oración, León XIV ha saludado brevemente a autoridades, entre ellas la embajadora de España ante la Santa Sede, la exministra Isabel Celaá, y luego a muchos de los fieles presentes uno a uno, entre ellos a los enfermos en las primeras filas.
La tradición papal de la ofrenda de flores se remonta a 1857, tres años después de la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de la Virgen María formulada por Pío IX (1846-1878). Así, el 8 de diciembre de 1857, se mandó erigir el monumento de la Inmaculada Concepción en la Plaza España, ante la embajada española, como reconocimiento porque muchas solicitudes de proclamación del dogma llegaron desde España.
Antes de la ceremonia ha visitado la cercana Iglesia de la Santísima Trinidad, donde ha recibido un homenaje de la Asociación de Comerciantes de Via Condotti, antes de dirigirse a la Plaza de España, según ha informado la oficina de prensa de la Santa Sede.
