¿Te has sentido alguna vez como una esponja emocional, absorbiendo las tensiones y negatividad de quienes te rodean? ¿Hay personas que te tratan como su basurero emocional y trasladan a ti toda esa carga? Este fenómeno, ampliamente estudiado en la Psicología, puede afectar profundamente tu bienestar mental y emocional.
El Journal of Personality and Social Psychology describe este proceso como “contaminación emocional”, donde las emociones de los demás influyen en nuestras propias respuestas afectivas, generando estrés, fatiga y, en casos extremos, impactos en nuestras relaciones y productividad. Y no sólo eso: los demás arrojan en ti todas sus frustraciones, decepciones y problemas, y tú, sin más, los recibes por un exceso de empatía, técnicamente llamado “ecpatía”.
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Aprender a establecer límites emocionales saludables y diferenciar entre una sana relación y una contaminación innecesaria es clave para mantener un equilibrio interno sólido.
Para lograrlo, la base es el desarrollo personal con estrategias de afrontamiento para cuidar tu bienestar emocional, sin perder la conexión humana esencial que nutre nuestras relaciones.
Estas cinco técnicas te van a ayudar.
Reconoce tus límites emocionales
El primer paso para evitar ser una esponja emocional es identificar y respetar tus propios límites. Esto implica reflexionar sobre qué situaciones te afectan más y aprender a diferenciar las emociones propias de las ajenas.
Algunos tips prácticos:
- Momento de reflexión diario. Al final del día, dedica unos minutos a identificar y anotar qué emociones experimentaste y si realmente eran tuyas, o influidas por otras personas.
- Anclaje emocional. Visualiza un escudo protector que filtra las energías negativas mientras te permite mantener tu conexión humana. Este ejercicio, basado en la visualización creativa, es sumamente útil para frenar la entrada de emociones que no son tuyas.
Practica la disociación consciente
La disociación consciente no implica desconectarte de las personas, sino observar sus emociones con una distancia saludable. Este enfoque, te permite empatizar sin involucrarte de manera perjudicial.
Cómo aplicarlo:
- En conversaciones emocionalmente cargadas, respira profundamente y repite mentalmente: “Esto les pertenece a ellos, no a mí”.
- Observa la situación como si fueras un espectador viendo una película. Esto reduce el impacto emocional inmediato.
Comunica límites claramente y con empatía
Establecer límites con personas emocionalmente demandantes no es egoísmo, es un acto de autocuidado. Comunicar lo que puedes y no puedes procesar en determinado momento protege tu energía sin comprometer tu empatía.
Tips para lograrlo:
- Usa frases asertivas como: “Entiendo cómo te sientes, ahora no puedo procesarlo contigo”, “Comprendo por lo que estás pasando; quisiera poder ayudarte mejor, aunque en este momento estoy con mi propia carga, y no seré la mejor persona para acompañarte”, por ejemplo.
- Practica decir “no” sin culpa. Por ejemplo: “Lo siento, en este momento no; necesito un momento para recargarme”.
Cultiva una mentalidad neutral hacia las emociones
La neutralidad es otra gran herramienta para la gestión emocional. Las emociones son transitorias. En lugar de etiquetarlas como positivas o negativas, observa su paso sin reaccionar automáticamente. Este enfoque, parte del mindfulness, te ayuda a mantener la calma frente a las emociones ajenas.
Cómo practicarlo:
- Notar y soltar. Cuando percibas emociones ajenas, identifícalas (por ejemplo, “esto es enojo”) y déjalas pasar sin aferrarte y sin incorporarlas en ti.
- Recuerda que no necesitas resolver los problemas de los demás para demostrar empatía.
Desarrolla prácticas de autorregulación emocional
La autorregulación es uno de los ámbitos de la Inteligencia Emocional en el modelo del doctor Daniel Goleman. Proteger tu balance emocional requiere de acciones conscientes y regulares de autocuidado. Al priorizar tu bienestar, te vuelves más consciente ante las demandas emocionales externas, y así aprenderás a gestionarlas con mayor efectividad.
Recomendaciones sencillas:
- Ejercicio físico. Muchos estudios han demostrado que la actividad física regular reduce significativamente el estrés emocional; es un método de descarga energía estancada, de las “intoxicaciones” de lo que los demás arrojan sobre ti, y eleva las endorfinas, hormonas del bienestar.
- Implementa algunos rituales diarios. Dedica tiempo a prácticas como la meditación, la respiración consciente, orar según tus creencias, o escribir libremente. También puedes poner un aroma agradable, música suave, encender una vela e imaginar que en esa luz se trasmutan las emociones que no te pertenecen.
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Recuerda, cuidar de ti mismo no es un lujo, sino una necesidad. Como hemos revisado, protegerte de la absorción emocional no significa desconectarte de los demás, sino encontrar un equilibrio entre empatía y límites personales. Estas estrategias no solo fortalecerán tu bienestar, sino que también mejorarán la calidad de tus relaciones personales y profesionales.
Como dijo la psicóloga Brené Brown: “La verdadera empatía no implica absorber el sufrimiento del otro, sino acompañarlo desde un lugar de fortaleza interior”.
(*) Daniel Colombo es facilitador y máster coach ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 31 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach certificado Miembro de John Maxwell Team. Twitter.