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¿Tienen demasiado poder Google, Facebook y Amazon?

Se han convertido en monopolios que controlan las búsquedas, las redes sociales, la publicidad y el comercio electrónico. ¿Llego la hora de regularlas?

Publicado: mayo 18, 2018, 5:24 am

En  el  año  2000,  el  juez  federal  Thomas  P.  Jackson  señaló  en un fallo que Microsoft debería ser dividida en dos compañías para frenar sus prácticas monopolísticas. Y aunque el fallo nunca se ejecutó, en buena medida porque los comentarios que el mismo Jackson condujeron a un papel del Departamento de Justicia a creer que el juez tenía una visión sesgada, a la larga Microsoft acabó perdiendo poder e influencia por la explosión de Internet, las búsquedas, el comercio electrónico, los celulares y la publicidad digital, donde la empresa fundada por Bill Gates es mucho menos influyente, y por el ascenso de Google, Facebook, Amazon e incluso de compañías como Apple, en el negocio de la telefonía móvil.

Con más del 68% del mercado de las búsquedas en EU y casi el 90% en Europa, Google se ha con- vertido en un monopolio en el lucrativo mercado de la publicidad (más de 100.000 millones de dólares de ingresos en 2017). Tal como ya ocurre con Facebook y Amazon, los otros dos grandes monopolios de esta Nueva Economía, Google se beneficia de los llamados, efectos de red: su popularidad y gratuidad de los servicios (en el caso del buscador y de la red social) atrae a nuevos usuarios, lo cual no hace más que perpetuar el monopolio.

Así lo advertía recientemente la revista The Economist, al señalar que Google guarda datos de los usuarios como no lo hace ninguna otra compañía tecnológica y los explota con habilidad. Una vez que usted usa gmail, sus mapas y el servicio de almacenamiento, jamás cambiará de proveedor.

Y aunque el retail siempre ha sido un negocio de bajos márgenes y beneficios, Amazon, la compañía fundada por Jeff Bezos, generó ingresos por 177.000 millones de dólares el año pasado, mucho menos que el gigante Walmart (485.000 millones de dólares en el mismo período), pero en este caso los riesgos provienen de la información que controla y de su desmesurado poder en el comercio electrónico, donde no tiene rivales.

“¿Por qué Amazon no es considerado un monopolio?, se preguntaba el sitio de Internet Money. En 2016, por ejemplo, sus ventas online superaron ampliamente las de Walmart, Target,  Best Buy, Nordstrom, Home Depot,  Macy’s, Kohl’s y Costco, combinadas.

Lina Khan, director de un tanque de pensamiento llamado Open Markets, considera que Amazon representa una nueva categoría de monopolio en la era digital. A juicio suyo, el problema para la libre competencia no radica solo en la participación de mercado de Amazon en el comercio electrónico (43% en el año ya mencionado) sino en el poder de su tecnología, de la que dependen miles de pequeños negocios que venden a través de su plataforma, y de su incursión en negocios como el de video por streaming y la computación en la nube (AWS).

“Amazon está destruyendo empleos y valor para el sector del retail”, dice Bill Simon, ex CEO de Walmart en Estados Unidos. “No hacen dinero en el comercio y con prácticas predatorias están sacando del mercado a muchos  competidores  tradicionales”.

Y  aunque  hay  quienes  dicen  que Amazon  es  buena  para  el  consumidor  y que  introducir  regulaciones  afectaría  la competencia,  el  creciente  poder  de  los gigantes  tecnológicos  y  la  captura  de  las utilidades  de  la  economía  digital  terminan  afectando  la  aparición  de  start  ups y  de  buenas  ideas  de  negocios,  así  como de  pequeñas  y  medianas  empresas  (los proveedores),  que  son  las  que  generan los  empleos  de  calidad.

Todo  esto  se  ve  agravado  por  una decisión  de  la  Corte  Suprema  en  1992, que  determinó  que  los  Estados  de  la Unión  no  podían  recaudar  impuestos de  aquellas  compras  que  fueran  hechas por  catálogo  salvo  que  el  negocio  en cuestión  tuviera  presencia  física  allí,  lo cual,  a  juicio  de  los  críticos,  carece  de sentido  en  la  actualidad  (por  el  auge  del comercio  electrónico)  y  constituye  una ventaja  para  Amazon.

Y  aunque  los  monopolios  son  un viejo  mal  del  capitalismo  mal regulado,  la  Comisión  Europea  ya  ha  manifestado  su preocupación  por  el  poder de  estos  gigantes.  A  Google,  por  ejemplo, le  impuso  una multa  de 2.700 millones de dólares el año pasado y recientemente ha acusado al buscador de abusar de su control sobre Android, el sistema operativo para móviles.

En el caso de Facebook, el gigante de las redes sociales alcanzó ingresos por 40.600 millones de dólares en 2017 y un beneficio neto de 15.900 millones. Con un gran poder sobre el mercado de la publicidad digital (solo superado por Google), la compañía fundada por Mark Zuckerberg controla además a Instagram y WhatsApp, por la que pagó 17.000 millones de dólares. A ello habría que jugar el papel que desempeñó en la última campaña electoral, como propagador (involuntario) de toda suerte de bulos e información falsa sobre la campaña de la candidata del Partido Demócrata y los crecientes cuestionamientos que hay sobre la violación de la privacidad de sus usuarios.

¿Hay forma de reducir el poder de mercado de estos gigantes? Como lo recuerda The Economist, el fallido proceso contra Microsoft comenzó en los 90 cuando varios Estados de la Unión denunciaron las prácticas anticompetitivas de la compañía fundada por Bill Gates y Paul Allen. En el caso de Google, varios fiscales estatales (incluyendo el más activo, el de Missouri) ya han comenzado a recoger pruebas contra el buscador. Al ambiente político enrarecido que se respira en Estados Unidos, hay que sumar un actor inesperado: el gobierno de Trump, cuyo Departamento de Justicia bloqueó la compra de Time Warner por parte de AT&T.

Y aunque en los ocho años del  gobierno de Obama, las empresas tecnológicas fueron tratadas como un gran activo de la economía de Estados Unidos, recientemente tanto los Demócratas como los Republicanos han mostrado que estarían dispuestos a actuar contra estos gigantes. Los primeros, por su carácter monopólico; los segundos porque ven en sus fundadores a liberales con quienes tienen puntos de vista diametralmente opuestos.

Y aunque está claro que Google, Amazon y Facebook van a dar la batalla para defender sus intereses, no se debe olvidar lo que ocurrió con Bell System, Microsoft, IBM y otros monopolios en su momento. Después de todo, lo importante es garantizar la competencia y la oportunidad de que surjan jugadores que traten de desbancar a los que están monopolizando los beneficios de la Nueva Economía.

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