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Crecimiento industrial vuelve a desacelerarse en diciembre

Pese a la reducción del número de trabajadores, los industriales lograron avanzar en sus trabajos pendientes.

Publicado: enero 16, 2019, 10:54 pm

Aunque el sector de la manufactura de Colombia logró cerrar el año mejor de lo que lo comenzó, la debilidad registrada en los meses recientes volvió a dar signos de presencia en diciembre. La producción industrial se ralentizó por cuarto mes sucesivo, coincidiendo con el aumento más lento de los nuevos negocios desde marzo. Al mismo tiempo, se registró el segundo descenso consecutivo en los puestos de trabajo, mientras las compras de insumos volvieron a ubicarse en territorio negativo.

De igual manera, aunque la percepción empresarial fue positiva, el nivel de optimismo fue el más débil en prácticamente un año. El Índice de Gestión de Compras (PMITM) del sector industrial colombiano de Davivienda, ajustado por factores estacionales, logró superar el umbral de invariabilidad de los 50,0 puntos en diciembre y volvió a marcar una mejoría de las condiciones del sector. A pesar de esto, la cifra principal cayó por quinto mes consecutivo desde 51,6 puntos en noviembre a 51,5. Impulsado por las sólidas lecturas a principios del segundo semestre, el PMI promedio de 2018, en general, fue el más elevado de la historia de la encuesta, que empezó en abril de 2011.

“En diciembre la producción manufacturera colombiana continuó creciendo pero a la tasa más modesta en siete meses. En esta oportunidad los cinco componentes que conforman el PMI presentaron un deterioro y esta es la segunda vez que ocurre  esto en los últimos seis meses», dice Andrés Langebaek Rueda, Director Ejecutivo de Estudios Económicos, Grupo Bolívar, de Davivienda.

De forma análoga a la tendencia de los nuevos pedidos, el crecimiento de la producción perdió fuerza en diciembre. Por un lado, el incremento sostenido de los nuevos trabajos recibidos por algunas plantas, sumado al aumento de la productividad  y el lanzamiento de productos nuevos, respaldaron la expansión de la  producción industrial. Por otro lado, la débil demanda y la presión de la competencia volvieron a moderar el repunte. Los aumentos de la producción y las ventas fueron los más débiles en siete y nueve meses respectivamente.

Entretanto, los puestos de trabajo se recortaron y las compras disminuyeron. Aunque la caída del empleo en el sector industrial fue marginal, se presentó por segundo mes consecutivo. En lo que respecta a los volúmenes de compras, la ligera contracción  revirtió la expansión experimentada a mediados del cuarto trimestre.

Pese a la reducción del número de trabajadores, los industriales lograron avanzar en sus trabajos pendientes. Los negocios en  curso cayeron a un ritmo moderado, que fue, pese a todo, el más rápido desde marzo. Los inventarios de productos finales crecieron en diciembre, tras la primera contracción en cinco meses, registrada en noviembre. Por el contrario, las existencias de materias primas volvieron a mermarse, y el ritmo de agotamiento fue sólido y el más acelerado desde febrero. Según los participantes en la encuesta, esta caída fue resultado de la reducción de las compras de insumos y de retrasos en las entregas.

En cuanto a los precios, los costos de los insumos volvieron a subir, dato que los participantes en la encuesta vincularon con la debilidad del peso, el incremento general de los precios internacionales y la escasez de determinados materiales en manos de los proveedores.

En cualquier caso, la tasa de inflación se redujo en comparación con la cifra de noviembre y permaneció por debajo de la  tendencia a largo plazo. En lo que respecta a los precios de venta, en diciembre se registró una nueva subida, por lo que el ritmo de inflación se aceleró hasta el punto máximo en 15 meses.

Las previsiones de mejoría de la demanda a lo largo del próximo  año, sumadas a las oportunidades de exportación, el  desarrollo de productos y los planes de inversión en mercadeo sustentaron las expectativas positivas de crecimiento de la producción industrial. Sin embargo, esta percepción positiva se vio afectada por las preocupaciones en torno a las políticas públicas, incluyendo la reforma tributaria, y las condiciones competitivas. Por todo ello, el nivel de confianza cayó a su nivel mínimo en 11 meses.

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